La Primera Kiki Ball de la Patagonia se llevó a cabo con gran éxito el pasado 16 de noviembre en la sede Emilio Millar, un evento histórico que reunió a la comunidad local y a representantes de la escena de la cultura Vogue en un vibrante espectáculo de danza y performance. Organizado por la ONG Diversa Patagonia y la Agencia Cultural Carpintero Negro, la competencia destacó la importancia de las expresiones del Vogue, un movimiento cultural y artístico que ha sido clave en la lucha por la visibilidad y la reivindicación de las disidencias sexo-genéricas en todo el mundo.
En una tarde cargada de emoción, creatividad y energía, los participantes deslumbraron al público con categorías de competencia como Vogue Femme, Runway, Face y otras, donde cada concursante mostró su destreza, estilo y autenticidad. La participación de las y los caminantes reflejó no solo la calidad técnica de la danza Vogue, sino también el profundo mensaje de resistencia, empoderamiento y celebración de la propia identidad.
El certamen contó con la presencia de un jurado compuesto por cinco figuras destacadas de la escena cultural chilena, compitieron xx personas y s Además, el evento estuvo acompañado por la música de un DJ reconocido dentro de la escena kiki y un MC pionero de esta cultura en Chile, quienes contribuyeron a crear un ambiente único y vibrante, convirtiendo la kiki ball en una plataforma para dar visibilidad a la cultura disidente.
El Vogue como práctica de resistencia
La kiki ball no solo es una competencia de danza y caminata, sino un acto de resistencia y reivindicación para las personas disidentes sexo-genéricas. En un contexto donde las personas LGBTQ+ siguen enfrentando discriminación, violencia y estigmatización, el Vogue ha emergido como una forma de autodefinición, donde la creatividad y la danza se convierten en un vehículo de empoderamiento. La práctica de estas disciplinas no solo permite que las personas se expresen libremente, sino que también se convierte en una manera de crear comunidad, afirmando su existencia en un mundo que históricamente las ha marginado.
A través de este evento, Diversa Patagonia y Carpintero Negro buscan subrayar la importancia de los espacios seguros y de visibilidad para las disidencias sexo-genéricas, donde puedan desarrollar y mostrar sus talentos sin temor al rechazo. Esta primera kiki ball en la Patagonia es solo el comienzo de un camino que continuará celebrando la diversidad, promoviendo el respeto por todas las identidades y reafirmando el compromiso de la región con los derechos humanos.
El evento no solo ha sido un reflejo de la escena kiki, sino también un acto de unidad con aquellos y aquellas que luchan por un mundo más inclusivo y diverso, en el que la libertad de expresión de género y sexualidad sea un derecho para todas las personas. En ese sentido, esta Kiki Ball se erige como una de las iniciativas más importantes en la región, siendo la primera que ocurre en un territorio ta austral en el mundo, buscó fortalecer la visibilidad y el reconocimiento de las disidencias sexo-genéricas, abriendo un espacio para que las nuevas generaciones continúen ampliando sus horizontes.