La capacidad persecutora del Ministerio Público es esencial para nuestro país y para lograrlo, se plantea la implementación de medidas concretas a través del nuevo Plan Estratégico Institucional 2024-20231 del Ministerio Público.
Allí se definen cuatro ejes principales, donde el segundo es la "Fuerza para perseguir la criminalidad" con el objetivo estratégico de aplicar de forma implacable los estándares de persecución penal.
La idea es proporcionar a la Fiscalía una nueva herramienta destinada a la priorización de delitos, lo que permitirá un enfoque más estratégico y eficiente en la asignación de recursos y la atención de casos según su gravedad y repercusión en la comunidad.
Con este objetivo se busca transitar hacia el desarrollo de capacidades de persecución que puedan ser consideradas como implacables y fortalecer el tratamiento de todos los delitos, tanto priorizados como no priorizados, con el fin de garantizar una respuesta integral y equitativa ante la criminalidad en todas sus manifestaciones.
Algunos de los hitos o iniciativas estratégicas de este eje son la elaboración de una Política de Persecución Penal con énfasis en la persecución de delitos priorizados, una Agenda de Colaboración con el ecosistema de persecución penal, lo cual implica la creación de fuerzas de tarea conjuntas con las policías, con trabajo focalizado en los puertos, Aduanas y Directemar.
Asimismo, se pone énfasis al crimen organizado en las cárceles y una agenda de colaboración con Gendarmería y la investigación patrimonial con bancos. Por otro lado, se busca el fortalecimiento de la calidad de las investigaciones penales, a través de la actualización y simplificación de instructivos generales críticos, un proyecto piloto de clínica de interpares, un Observatorio de Calidad, el desarrollo de un modelo de compliance e integridad funcionaria, entre otros.
Este nuevo Plan Estratégico Institucional de la Fiscalía asume que la persecución penal de alto estándar exige una vinculación estrecha y una articulación efectiva con diversos organismos e instituciones, a nivel nacional e internacional, que permita fortalecer las investigaciones potenciando las capacidades humanas, tecnológicas y operativas de la institución. Y para ello, desarrollar una agenda de colaboración constituye un factor estratégico para perseguir la criminalidad con fuerza.
Sabemos que la complejidad de la criminalidad actual demanda la incorporación de más información a la investigación y de una coordinación que permita un actuar oportuno. Por ello, la colaboración con las policías, organismos públicos, asociaciones gremiales e instituciones privadas constituye un eje estratégico en la persecución penal.
De la misma forma, transcurridos 25 años desde la puesta en marcha de la Reforma Procesal Penal, es necesario que el Ministerio Público avance en un modelo para asegurar la prestación de un servicio con estándares de calidad y consistencia en las investigaciones, que cumpla cada fiscal en la persecución penal de los delitos.
Con este y todos estos avances, estamos comprometidos en la Región de Aysén, donde también nos interesa perseguir con fuerza a la criminalidad.