La pobre gestión parlamentaria y sus repercusiones en el desarrollo regional

No es frecuente que nuestros parlamentarios dediquen algo de su tiempo a analizar temas de desarrollo regional, ya que suelen privilegiar otras materias, donde obviamente obtienen más rédito y hartos insumos para sus redes sociales y programadas contratados.
El lento desarrollo regional parece no importarle a ninguno de nuestros 5 representantes en el Congreso Nacional, ese es un dato de la causa, porque si hacemos un análisis de sus apariciones en prensa y temáticas abordadas en su trabajo distrital, todo se circunscribe a opiniones, visitas y una que otra frase rimbombante, pero nada que permita hacernos al menos la idea de que su trabajo algo repercute en el desarrollo de Aysén.
Todos esperamos mucho más de la labor legislativa, para al menos tener una referencia respecto a lo que aprecian respecto a las complejidades del desarrollo regional. No podemos olvidar que los grandes anhelos del país y sus regiones se van cumpliendo en la medida que los ciudadanos y el gobierno de turno, asumen una convicción en torno a esas metas, las que por cierto se sustentan en demandas de larga data y que se relacionan con la legítima aspiración que tienen las personas por progresar y mejorar sus condiciones de vida.
En Aysén esa máxima parece ser aún más intensa, ya que somos una zona extrema que ha debido sortear muchísimas dificultades para poder lograr desarrollarse, una realidad en la cual los todos los últimos gobiernos, de 1990 en adelante, tienen una importante cuota de responsabilidad.
La ciudadanía plantea a diario que quiere crecer, desarrollarse y proyectarse, y ese mismo anhelo se transforma en un objetivo región, se requiere medidas y políticas acertadas para lograrlo, no solamente excusas ni permanentes justificaciones.
En este año electoral, de muchas promesas, cortes de cinta, entrega de recursos, entrega de terrenos, colocación de primeras piedras y cuanto show sea posible hacer, la sensibilidad ciudadana se exacerba, pero si no hay sintonía, difícilmente habrá un reconocimiento de la gente a las acciones gubernamentales, por positivas o relevantes que estas sean.