En los últimos años y desde distintos ámbitos toma fuerza el debate en torno a la masculinidad de los varones, donde se reconoce que el género masculino, al igual que el femenino, se construye a partir de los mandatos exigidos por el patriarcado, por tanto, los varones también se encuentran interpelados por la masculinidad hegemónica actual.
Es en este contexto donde ellos deben cumplir con ciertas características que no son naturales ni innatas, como ser fuerte, proveedor, no demostrar sentimientos o ser protector, además el modelo señala que la heterosexualidad es la condición deseable, siendo el fin último de la sexualidad masculina, buscar una pareja mujer, conformar una familia y posteriormente la paternidad.
De este modo debemos tener presente que la masculinidad es producto de una construcción social, la cual varía de una cultura a otra, a través del tiempo, según la clase, raza, grupo étnico o preferencia sexual, por tanto, cuando hablamos de masculinidad, debemos referirnos desde su pluralidad. Distintas investigaciones, han generado avances significativos acerca de la temática de masculinidades, destacando los procesos de cambio y transformación de los varones en distintos ámbitos de su vida, los cuales se han focalizado mayoritariamente en la paternidad, sexualidad, laboral, identidad, entre otros.
Sin embargo, al encontrarnos con el concepto de "crisis de la masculinidad" en distintos estudios, haciendo alusión a los cambios que han vivenciado los varones tanto privada como públicamente, donde el concepto de crisis se entiende como una mutación significativa de una sistema, he tomado un poco de distancia, ya que la masculinidad a pesar que ha sufrido cambios, no podríamos hablar de una transformación, ya que la masculinidad está en un nivel de configuración de una práctica, la cual no puede ponerse en crisis propiamente tal. Además, desconoceríamos la herencia innata que posee cualquier masculinidad actual de la hegemónica.
Es importante señalar, que los estudios Latinoamericanos han aportado a entregar una mirada situada de la masculinidad, esto debido a las particularidades que entrega la cultura Latina, donde existe una diversidad de prácticas de masculinidad, respondiendo a diferentes patrones culturales, ya que las distintas influencias no son incorporadas de la igual manera en cada sociedad, respondiendo entre otras cosas a la estructura social y simbólica de cada una de ellas.
Por esta misma razón, es que es he querido traer a la reflexión la particularidad de la masculinidad del "varón chileno alternativo", con quienes he tenido un acercamiento a través de mi tesis de pregrado de Trabajadora Social, a fin de obtener un entendimiento más acabado de esa parte de la realidad, donde me he focalizado en los sujetos que intencionan cambios en su masculinidad, los cuales reflexionan y realizan acciones concretas a través de su participación de los colectivos de masculinidades, ya que, a pesar que en primera instancia generen un discurso distinto, no pueden renunciar a su corporalidad y por ende a sus privilegios.
Hoy en día es evidente el cambio en la conciencia y la comprensión de las relaciones de género y de poder, motivado por los desafíos que ha planteado el movimiento feminista, el cual también es compartido actualmente por hombres que han escogido vivir su masculinidad de manera no opresiva. Debemos tener presente, por tanto, que no podemos pensar en cambios en las relaciones de género, sin pensar en los sujetos implicados en dicha relación. Es decir, tanto mujeres como varones debemos ser protagonistas para lograr transformaciones reales y concretas en las prácticas, las mujeres en su tarea por eliminar cuanto las oprime y las excluye, y los varones resinificando su masculinidad, las cuales están en tensión, debido al contexto hegemónico patriarcal y sus propios cuestionamientos.
Es por ello que creo importante reflexionar en torno a los discursos y las prácticas de la masculinidad, "con el fin de cuestionar las viejas y nuevas formas de la dominación masculina y de favorecer, por una parte, la equidad entre mujeres y hombres y, por otra, otra manera de entender los vínculos emocionales entre los hombres" (Lomas, 2004: 17). Con ello se busca desentrañar esto que llaman "masculinidades distintas a la hegemónica", para comprender cómo ellos están configurando sus masculinidades, en un contexto patriarcal y con la radicalidad de su cuerpo.
A través del discurso de estos varones, se puede identificar ciertas resistencias, configurándose como un desacomodo de las prácticas culturales de masculinidad actual, en donde estos varones proponen un trabajo grupal, para así proponer acciones e intenciones de transformación, teniendo siempre presente los alcances que tienen estas resistencias, proponiendo de este modo, un reencuentro con ellos mismos como parte de su de-construcción.
Actualmente es muy difícil poder cumplir cabalmente con la masculinidad tradicional, ya que está llena de deberes y exigencias, las cuales presentan a un hombre protector, fuerte, controlador de su entorno, entre otros, todo ello debido a su "naturaleza" masculina. Sin embargo, compartimos al igual que R. Connell, que ningún hombre puede responder completamente, independiente de su cultura, a todos los mandatos que el género le atribuye, debido a que los varones poseen diferentes condiciones sociales, económicas, políticas, de crianza, valores, experiencias personales, y un sin fin de elementos que atraviesan y afectan a cada varón de manera distinta, teniendo diferentes aproximaciones a estos mandatos patriarcales, por lo que la masculinidades deben ser comprendidas a partir de su pluralidad.
Este desacomodo que presentan los varones ante el modelo hegemónico, no solo lo trabajan en un nivel individual, sino que lo llevan a un nivel político. La deconstrucción de su masculinidad, no sólo afecta aspectos relacionados con los procesos identitarios, sino que también se instala como un proyecto político, posicionándose como un sujeto que intenciona la resistencia hacia la hegemonía, y camina hacia la transformación.