Cuando asumió el mando de Chile el presidente Salvador Allende en 1970, en Puyuhuapi había corrido mucha agua bajo los puentes, dejándose muy atrás los asentamientos de tierras, y funcionando a full las prospecciones productivas. Lejos quedaban los horrendos sufrimientos de los colonos alemanes que levantaron palmo a palmo todo lo que hoy se ve. Hacia comienzos de los setenta, Puyuhuapi había dado pasos gigantescos no sólo en cuanto a construcciones sino también a organización comunitaria. Esta inmensa área aisenina aún se la podía reconocer en esos tiempos en las cartografías como el Fundo de Puyuhuapi, con una población de unos 900 habitantes, sumados los 400 de la población del fundo, 300 los del marcanal y 200 de los valles interiores. Frente a las labores camineras se encontraban trabajando 200 jornaleros, transformándose entonces por sí mismos en población flotante.
La estructura social la componían colonizadores e inquilinos, fiscales administrativos y empleados de la cooperativa. Los inquilinos eran trabajadores del aserradero, la mueblería y la fábrica de alfombras y aquellos que trabajaban en labores ganaderas, más bien llamados vaqueros que gauchos o huasos, ya que su misión se supeditaba a manejar y criar vacunos y masa bovina. Las cuatro familias de colonos asentadas en diversas áreas del poblado tenían a su cargo todas las fuentes laborales, el apoyo urbano y el abastecimiento, estableciendo una absoluta dependencia y una especie de clase gobernante de facto.
Los empleados fiscales se incorporaron a la única escuela, y el único profesor que había también ejercía las funciones de subdelegado, era la autoridad máxima del pueblo y vivía en una suntuosa casa de campo en las inmediaciones del pintoresco valle. Mientras tanto, una enfermera del SNS habitaba en el mismo policlínico en un terreno cedido. Había un oficial civil de Santiago que habitaba en casa de Otto Webel, un Jefe de Correos, cargo que ejercía un habitante pionero a cargo del telégrafo y el sistema de radiocomunicación.
En el único aserradero trabajaban 17 operarios, todos a trato y asegurados, debiéndose contratar también cuadrillas de hacheros encargados de la elaboración de tejuelas. En dicha industria se utilizaron siempre buena colección de máquinas de todo tipo, como despuntadora, canteadora y cepilladora. También llegó después una machihembradora, dos sierras, un motor de 49HP y una caldera. La mantención de estas máquinas, que ya llevaban un buen tiempo funcionando con una inmensa carga de trabajo, estaba a cargo de un técnico alemán especialmente traído de Alemania, que se vino a trabajar a Puyuhuapi acompañado de un torno del año 1897. Por su parte, la fábrica de alfombras empleó unas 30 mujeres jóvenes a trato, con jornada libre aunque se acostumbraban 8 horas en invierno y 10 en verano. En la mueblería trabajaban 6 personas, en labores de ganadería unos quince gauchos y en la lechería unos tres, con producción eminentemente de autoconsumo.
Variadas instituciones comunales existían entonces, todas ellas dependientes de la municipalidad de Cisnes. Había un Centro de Padres fundado en 1958 y uno de madres de 1964. La Junta de Vecinos era de 1966. Había un Comité de Pequeños Agricultores y un Comité Pro-Adelanto. La Escuela tenía hasta 4° Preparatorio con un alumnado de sesenta niños, de los cuales 15 eran internos. Un profesor único estaba a cargo de ellos y cuando egresaban de 4° quedaban libres para integrarse a los grupos de trabajos en su familia cuando recién alcanzaban los 10 u 11 años de edad.
Las obras y servicios públicos sólo las disfrutaban los colonos alemanes y sus familias en casas bien construidas con instalaciones de luz y agua potable. No existía entonces el alcantarillado. Tampoco había atención formal de salud, pues lo único que podía funcionar en caso de enfermedad o epidemia era una precaria posta de primeros auxilios a cargo de una persona con conocimientos básicos de enfermería. La mayoría de las casas estaban soportadas por pilotes sobre terrenos mallinosos y rocosos, casi todas con madera de tepa y un techo asegurado contra la lluvia elaborado con tejuelas de mañío. La comodidad la disfrutaban los colonos alemanes con casas a todo confort y elementos suntuarios, sanitarios y equipamientos de alto nivel. En ese tiempo ya se enviaban a Santiago como producto vendido una cantidad de 800 metros cuadrados anuales de alfombras, trabajando en su confección más de 300 personas en el mismo tiempo. Existía dentro del plano de la ciudad una pulpería que fue siempre surtida por comerciantes de Puerto Montt que proporcionaban unas 500 toneladas anuales de mercadería para el consumo de los habitantes y también para otros sectores costeros y el poblado de La Junta. Había en medio del fervor del crecimiento y la producción un sistema de correos que era atendido por un funcionario, lo mismo que un teléfono a magneto que estaba a su cargo.
Puyuhuapi es y sigue siendo un sector de Aysén poblado preferentemente por habitantes chilotes que se quedaron a vivir para siempre en el sector.