Comenzamos este año 2025, llenos de esperanzas y anhelando mejores días para nuestro país y nuestra región. Un año políticamente intenso que marca el tramo final de la actual administración que lidera el Presidente Gabriel Boric Font.
Y aún cuando el tiempo transcurre y los plazos se van acortando para el Gobierno, los conceptos de eficiencia y reactivación se han transformado en factores claves para el Ejecutivo, porque encarnan la esencia de lo que el país requiere para salir de su estancamiento.
Y para que ello ocurra, el Gobierno debe mejorar su gestión y comenzar a gobernar con otra actitud, pensando que en estos 15 meses que quedan, se juega su legado, y la proyección para una posible futura administración inspirada en su sello ideológico. Y eso es lo que debe marcar el punto de inflexión para las autoridades nacionales y regionales, ya que el Presidente Gabriel Boric Font lo dijo en reiteradas ocasiones durante su reciente cuenta pública. Y esas palabras son claras y precisas, hay que mejorar la gestión, y desde ella, comenzar a repuntar, a reencantar a la ciudadanía con esta administración y desde ahí, lograr una mayor empatía.
No hay otra fórmula, y ya es momento de que las promesas de campaña y las realizaciones comiencen a notarse más y la comunicación oficial pueda llegar de manera oportuna y clara a la comunidad.
Y en esto último las cosas no marchan del todo bien, porque más allá del despliegue de las autoridades regionales en los distintos medios de comunicación para poner de relieve la gestión gubernamental, la estrategia y los mecanismos para informar, a nuestro juicio, siguen al debe y sin concitar la atención y la credibilidad ciudadana que la delicada acción de gobernar demanda.
En nuestras reflexiones permanentemente nos referimos a la necesidad de mejorar la gestión gubernamental, instando a quienes se desempeñan en cargos de confianza política a hacer bien su trabajo, de manera eficiente y oportuna, de manera sobria y pensando siempre en la facilidad conceptual del vocabulario para que las audiencias entiendan claramente los mensajes. Se trata sin duda de un factor determinante en esta y cualquier administración.
Si eso no ocurre, ciertamente que seguirán existiendo muchas interrogantes en torno a la gestión, pero la que más resuena y se advierte en la comunidad, es cómo lograr que el aparato público, que el Estado, pueda comunicar mejor y acelerar los procesos que refuerzan la viga del desarrollo regional.
Las expectativas ciudadanas siguen siendo altas, porque en campaña y durante esta gestión, más allá de sus sobresaltos y una baja popularidad, esta administración de izquierda ha logrado superar diversos obstáculos, sortear una dura oposición, pero aún no logra obtener mayores estándares de credibilidad y de confianza ciudadana para asumir este tremendo desafío de conducir los destinos de Chile.