El Presidente Gabriel Boric Font lo reiteró en su cuenta pública del domingo. Hay que mejorar sustancialmente la gestión gubernamental, ya que solo así se podrá generar un verdadero reencuentro con la ciudadanía, indistintamente de su pertenencia ideológica o política.

Y es que el Primer Mandatario tiene clara la fórmula, pero la gran interrogante es ¿por qué a las distintas reparticiones les cuesta tanto ejecutar y mostrar señales de avance?

Recientemente la comisión de reactivación económica del CORE emplazó a varas reparticiones públicas a mejorar su ejecución presupuestaria, y seguramente en las próximas semanas saldrán nuevas críticas en torno al tema, por la demora que existe en este ámbito.

Y es que el tiempo se acaba y seguramente en los próximos 10 meses algunas señales de mejor gestión se advertirán, pero claramente será muy difícil revertir la crítica ciudadana en torno a este sensible tema.

En nuestras reflexiones permanentemente nos referimos a la necesidad de mejorar la gestión gubernamental, instando a quienes se desempeñan en cargos de confianza política a hacer bien su trabajo, de manera eficiente y oportuna, de manera sobria y pensando siempre en la facilidad conceptual del vocabulario para que la ciudadanía entienda claramente los mensajes. Porque la arista comunicacional también evidencia desorden y una clara tendencia al lucimiento personal, dejando de lado que los seremis y directores/as de servicios, son, ante todo, funcionarios de confianza del Gobierno, y sus cargos no deben usarlos como plataformas políticas, ni menos, en esta etapa final del mandata, para empezar a "buscar pega" cuando dejen de ser autoridades, y deban enfrentarse a un escenario muy distinto en lo laboral.

Hay reparticiones públicas que no lograrán cumplir las metas que el Gobierno mandató, y su mal desempeño quedará en la memoria colectiva no precisamente por su buena gestión, sino por su ineficiencia. Y son varios los ministerios que hoy se enfrentan a esta realidad. Pero aún queda algo de tiempo para poder dar señales de mejoría y ponerse a la altura de las circunstancias, honrando la palabra del Gobierno, al menos en el intento por hacer ben las cosas y no haber simplemente marcado el paso durante este mandato. En marzo se hará esa evaluación, pero desde ya se advierten sectores que difícilmente lograrán cumplir las metas fijadas y que al final del día, solo dejarán un mal recuerdo y una mala gestión como legado a la ciudadanía.