Diversos juristas internacionales y expertos en derechos e infancias lo repiten permanentemente: ante cualquier situación en que aparezcan involucrados menores de edad, debe primar siempre el interés superior del niño o la niña o también llamado bien superior. Lo repiten en conferencias, reportajes como este, bloques internacionales de noticias, podcasts y programas de conversación. Sin embargo, los likes en redes sociales suelen ser un bien más preciado.
Un niño, haga lo que haga, venga de donde venga, debe estar protegido y todos los adultos somos responsables. No obstante, existen ciertas conductas individualistas que apuntan a que cada familia debe hacerse cargo de cada uno de sus niños. Esto -como todas las frases hechas- se siembra sobre la base de que todos los niños y niñas nacen en igualdad de condiciones, derechos y posibilidades. Y no es así.
La denuncia
Un vecino de Coyhaique, cuya identidad mantendremos en reserva por motivos editoriales, se enteró por su propia hija -a quien en este reportaje llamaremos "Laura"- de que el diputado Miguel Ángel Calisto la había grabado en la esquina de las calles Bilbao con Victoria, mientras ella rayaba con un spray negro una firma, expresión propia de la cultura urbana del grafiti.
Ante esta evidente vulneración de derechos, reaccionó airado: "Estoy muy molesto con esta situación que le pasó a mi hija porque tiene apenas 13 años. Me contó que estaba haciendo un rayado y eso no lo justifico, pero hay parámetros y parámetros. Me cuenta que se acerca el diputado Miguel Ángel Calisto. Mi hija lo conoce porque ha estado en reuniones con su madre en los comités de vivienda y tiene superclaro quién es. Ella y sus amigos lo vieron. Aparentemente él lo distribuyó en unas páginas que luego hicieron una denuncia ciudadana. Sé que eso no se puede hacer. El diputado dice que él no tenía como saber la edad. Por lo mismo no debería haberlo distribuido. Tiene 13 años y se ve que es una niña chica, entonces a mí me molesta mucho eso y que esté amenazando de que uno no cuente estas cosas también. Tienen que respetar los derechos de los niños porque esto no es ningún chiste. La página estuvo publicada cuatro días y recién este lunes la bajaron. Buscaremos todas las instancias legales y estamos tomando acciones con la Defensoría de la Niñez".
Calisto niega la acusación
El padre se refiere a la respuesta que el diputado Miguel Ángel Calisto le entregó a diario El Divisadero al conocer las acusaciones en su contra. Vía WhatsApp solo se limitó a decir: "Lo único que te puedo señalar es que yo no grabé a ninguna niña. Yo compartí una publicación de acto de vandalismo y daño patrimonial a la ciudad, una publicación de un medio de comunicación de redes. Los actos de vandalismo me parecen condenables y no tengo idea que sea mayor o menor de edad. No tengo cómo saberlo. Solo compartí una imagen de una persona que rayaba el cerco de un particular. De todas maneras, si alguien denuncia haré lo mismo con todo el peso de la justicia a quien me injurie. Si el padre o un tercero me imputan de aquello me voy a querellar como corresponde. Nadie tiene derecho a imputar nada de alguien sin pruebas". De esas amenazas habla el vecino.
Este medio, entonces, se ve enfrentado a un caso en que uno de los dos está mintiendo: o la niña de 13 años o el diputado Miguel Ángel Calisto, de 39. Habiendo conocido la defensa del parlamentario, este es el testimonio de Laura: "Yo me junté con unos amigos y veníamos de paseo. Venía con mis latas de pintura porque todos mis amigos grafitean. Estábamos acá (Bilbao esquina Victoria) y mis amigos se quedaron en la vereda del frente. Yo crucé para pintar porque vi un espacio que estaba libre para poder hacerlo. Y en todos lados de esta calle está todo grafiteado Pensé que yo también podía. Hice mi firma y la de un grupo que tenemos. Cuando llegó el diputado empezó a grabar y cuando me di cuenta, dejó de hacerlo y dijo que iba a llamar a los Carabineros. Nos tuvimos que ir de este lugar. Lo reconocí, era el diputado Miguel Ángel Calisto. Lo conozco porque mi mamá se reunía en los comités de vivienda. Lo conozco hace años. No se identificó, no me quiso escuchar y después se fue. Él grabó el video, estoy segura, yo lo vi".
Difusión en redes sociales
La grabación apareció en redes sociales en la cuenta de Instagram La voz de la Patagonia, cuyo administrador, Diego Mansilla, negó completamente conocer al diputado Miguel Ángel Calisto y mucho menos haber recibido de su parte las imágenes. Conversó con El Divisadero y en un principio desconoció la legislación respecto a la protección de identidad de los niños y niñas.
Cabe señalar de que al poco rato de que recibimos los descargos de Calisto, la publicación desapareció de esa cuenta. Junto con ello, y luego de cuatro días de exhibir a "Laura" en las redes sociales, y una grandísima cantidad de likes y comentarios que ofenden y vulneran los derechos de una menor de edad (a pesar de que no poco repudiaron el hecho), Mansilla se contactó con el padre, y le pidió disculpas con el siguiente mensaje: "Nuestro objetivo nunca ha sido vulnerar los derechos de menores de edad ni exponer a nadie públicamente, sino visibilizar hechos que llegan a nuestros canales bajo el principio de interés público". También dicen que no tenía idea ni de la edad ni de la identidad de la persona que estaba rayando. O sea, faltó chequear la información para cumplir con una de las máximas periodísticas básicas para el ejercicio profesional. Es decir, no hay comprensión del interés superior del niño y es urgente que los medios regionales o cuentas de Instagram se tomen en serio este punto para evitar más vulneraciones.
Desde 2022, Chile cuenta con una ley, la 21.430 de Garantías de la Niñez y Adolescencia que reconoce el derecho de los niños y niñas a la honra, la intimidad y la propia imagen; y la Convención de los Derechos del Niño (1990) indica que "no se puede hacer uso de imágenes de los niños, niñas y adolescentes, grabar clases u otras actividades en las que ellos participen sin la autorización de los padres o apoderados y sin el asentimiento de los niños, niñas y adolescentes". No importa lo que este haciendo. Su interés superior se llama así justamente por eso.
La Voz de la Patagonia agrega que procedieron "a retirar de inmediato la publicación, mientras se clarifican los antecedentes". Nuevamente esta cuenta debe hacer aclaraciones: no fue de inmediato, sino cuatro días después, cuando la viralización ya era un hecho. Y tampoco es algo que se pueda hacer "mientras se clarifican los antecedentes", pues sigue siendo una niña y su imagen no puede ser exhibida sin su consentimiento.
Qué dice la ley
Un niño o niña en Chile es imputable ante la ley solo a partir de los 14 años y existe una Ley de Responsabilidad Penal Juvenil para dichos fines. Antes de esa edad es inimputable. Por eso es tan grave que un parlamentario de la República sea acusado por una niña de grabarla sin su consentimiento y viralizarla. La reserva de identidad va más allá de su edad, su derecho al resguardo emocional y a la protección es fundamental para comprender a las sociedades que se basan en un Estado de derecho.
Lo explica la psicóloga magíster clínica Constanza Marín, especializada en adolescencia e infancia: "Cada niño, niña o adolescente, vive las experiencias de exposición pública de forma distinta. Depende de factores como su historia personal, el vínculo con los adultos significativos, su red de apoyo, su nivel de desarrollo emocional y la etapa evolutiva en la que se encuentra. El hecho de ser expuesto en redes sociales o medios de comunicación sin consentimiento (especialmente en situaciones que involucran una conducta juzgada socialmente como un "delito" o una "falta") puede generar un impacto profundo en la estructura psicoemocional de un adolescente. No se trata solo de una acción 'pública', sino de una vulneración a su intimidad, su dignidad y su derecho al resguardo, lo que puede traer diferentes consecuencias negativas en su proceso de estructuración psicológica.cuando esa mirada llega cargada de juicio, burla o estigmatización, puede dejar huellas duraderas: vergüenza, ansiedad, retraimiento social e incluso síntomas depresivos".
Otro punto importante es que esto se realizó bajo el título de denuncia ciudadana, no obstante, de confirmarse la versión de "Laura", no estamos frente a una denuncia ciudadana cualquiera, sino frente a una obtenida contra el bien superior de la niña, y desde la autoridad de un representante de la región en el segundo poder del Estado, con el fuero y las regalías respectivas.
Críticas al hecho
Tras interponer el requerimiento ante la Defensoría de la Niñez para que investigue el caso, el padre insiste que es inaudito que una figura pública, reconocida y con poder, exponga de ese modo a una menor de edad.
La psicóloga Constanza Marín cree que este punto no es algo baladí, pues "un diputado tiene autoridad simbólica, además, se podría reforzar una sensación de desprotección, injusticia y asimetría".
"El diputado debería tener la madurez suficiente para no tener que funar a una menor de edad", piensa la amiga de "Laura" y también grafitera de 16 años, Kisha, quien dice que el grafiti "es una manera de expresarse, me desestresa y es muy bacán ver lo que logras hacer con tus manos. La gente lo critica por varias razones, pero yo creo que lo más particular y lo que más se menciona es que rayen sin un mensaje de fondo".
Luego sentencia: "Las autoridades como diputados, senadores o políticos en general no tienen el derecho de hacer estas denuncias públicas, pues deben mostrar una imagen de respeto y cuidado ciudadano; en vez de lo que hizo el diputado, se debió dar aviso a las autoridades que están a cargo de las seguridad y cuidado de la ciudadanía".
Además, Kisha dice que "rayamos en lugares públicos porque tampoco las autoridades nos dan un espacio para que podamos hacerlo. No hay un lugar para dejar nuestro arte plasmado en Coyhaique.. En el tiempo que llevo rayando muy pocas veces nos han habilitado un espacio".
El alcalde de Coyhaique, Carlos Gatica, recoge el guante y responde a El Divisadero: "Para nosotros es un tema muy importante el que todos tengan su espacio en nuestra ciudad y que los jóvenes también pueden expresar, sin lugar a dudas, un espacio de su arte. Lo que sí es importante señalar es que estamos llegando a un acuerdo de poder brindarles ciertos lugares donde ellos puedan hacer grafitis, pero con el compromiso incluso de entregar los materiales y las herramientas, siempre y cuando ellos no rayen los lugares más importantes y turísticos de la ciudad como el casco histórico, el centro de la ciudad, además del sector del bypass y Baquedano. El objetivo es que la ciudad pueda expresar distintas maneras de arte y cultura en distintos lugares, sin entorpecer y sin perjudicar".
En un país campeón para no comprender lo que lee es importante insistir que grafitero y delincuente no son para nada lo mismo, como señalan algunos adultos en redes sociales. Constanza Marín advierte sobre este punto: "La criminalización infantil o juvenil en el discurso público no solo daña al niño involucrado, sino que deteriora el tejido social entero, pues refuerza estereotipos, deshumaniza a la infancia y bloquea las posibilidades de acompañar procesos reales de transformación".
Como dijimos anteriormente, este caso enfrenta la palabra de una niña de 13 años contra la de un diputado de 39. Lo que jamás debe diluirse ante estos casos es lo que hemos sostenido en este reportaje: el bien superior de la niña o el niño.