La presidenta del Concejo Deliberante de Puerto Pirámides en Argentina y miembro de la red de varamientos, Gabriel Bellazzi, salió al paso de las informaciones que publicó recientemente un medio chileno, donde dio a entender que la dirigenta trasandina descartaría que las recientes muertes de ballenas en áreas protegidas de la Patagonia chilena se producirían por las operaciones de salmoneras en la zona.

La profesional y defensora de la vida marina fue mencionada por la web Salmonexpert, ligada a la industria, bajo el título "Mortalidad de ballenas: los mitos que han llevado a responsabilizar a la salmonicultura".  En éste, el periodista Jonathan Garcés Mateluna reseña que en la prensa argentina Bellazzi indicó que "en noviembre de este año el monitoreo sanitario de Chubut registró durante las últimas semanas la muerte de 71 ballenas franca austral en Península Valdés, de las cuales 53 son ballenatos y 18 ejemplares adultos. Gabriela Bellazzi, presidenta del Concejo Deliberante de Puerto Pirámides y miembro de la red de varamientos, explicó que el fenómeno parece estar vinculado a una toxina natural que genera la marea roja".  

Agregó el medio que "según Bellazzi, la presencia de esta toxina suele estar relacionada con la primavera, y aumento de las temperaturas marinas. La toxina es absorbida por los organismos que las ballenas consumen, y al filtrarlos, quedan expuestas a niveles letales de esta sustancia", con el fin de desvincular a la industria de los casos específicos en las costas chilenas.

Consultada la profesional por esta interpretación, lo primero que aclaró fue que "yo, la verdad, no estoy a favor de las salmoneras, para nada.  Cuando las quisieron poner en Tierra del Fuego fui la primera en quejarme, porque eutrofizan lagos y además aportan demasiados nutrientes".  Y efectivamente la eutrofización "tiene que ver, más el calentamiento del agua, con la explosión de algas. Pero no es solamente la salmonicultura, pasa en todas las costas por las cloacas, las aguas de alcantarilla y todo eso que llega al agua, o sea, ya está completamente eutrofizada la costa".

De sus palabras lo que quedó claro es que Bellazzi no responsabilizó a la salmonicultura de la muerte de los cetáceos pero tampoco descartó su posible intervención, ya que para ello "lo primero que tendrían que hacer ustedes es buscar qué toxinas están presentes en las ballenas".  Pesquisas que no sólo deberán enfocarse en posibles intoxicaciones en sus cuerpos sino también en posibles siniestros mecánicos, considerando la masividad de los centros acuícolas en las áreas de hábitat y circulación de ballenas, y que en la reserva nacional Kawésqar apareció muerta una jorobada enmallada en este tipo de instalaciones.