Coyhaique-. Resultados preliminares del estudio "Análisis generación de información sobre uso sostenible de sistemas silvoagropecuarios" financiado por el Gobierno Regional de Aysén y su Consejo revela que, a pesar de la dominancia de especies exóticas, los bosques nativos de Aysén poseen un menú de plantas con potencial nutricional para animales domésticos y silvestres, destacando su importancia para la sostenibilidad y la conservación del ecosistema.
Los bosques nativos de la región de Aysén, conocidos por su impresionante biodiversidad, tienen un potencial nutricional menos conocido, pero igualmente vital: su capacidad para sustentar tanto a herbívoros domésticos como a animales silvestres. Este aspecto nutricional, especialmente en lo que respecta a las plantas del bosque, ha sido poco explorado hasta ahora.
Los investigadores residentes del CIEP y coordinadores del estudio, doctores en Ciencias Agrarias y Forestales, Mónica Toro y Alejandro Huertas, están explorando más a fondo este aspecto, con el objetivo de comprender mejor cómo las plantas del sotobosque, o sea la vegetación que se encuentra en el suelo, pueden contribuir a la sostenibilidad de las prácticas ganaderas y la conservación de la fauna silvestre. Esto debido a que los animales herbívoros, como el ganado, pueden cambiar la vegetación que crecen en un lugar porque prefieren comer ciertas especies de plantas sobre otras.
Estos bosques no solo actúan como un santuario para una amplia gama de especies nativas como el perejil de monte, michay, calafate, quila, entre otras, sino también de plantas introducidas, algunas de ellas bien conocidas entre los productores, como el diente de león, el trébol blanco, trébol rosado, pasto miel el pasto ovillo. Todas estas plantas contienen proteína cruda, fibra, lignina entre otros nutrientes de interés para en la dieta de animales.
Este estudio resalta la importancia de las plantas nativas y no nativas de la región, no solo por su amplia distribución, sino también por sus valiosos factores nutricionales. Las conclusiones sugieren que algunas plantas merecen una mayor atención debido a su potencial nutricional fundamental, lo que podría tener implicaciones significativas para la gestión sostenible de los ecosistemas forestales y la alimentación de herbívoros en la región de Aysén.
La Dra. Mónica Toro se refirió al trabajo y las oportunidades que brindan estos resultados para un mejor desarrollo de la ganadería sostenible.
"Los resultados ofrecen una oportunidad única para fomentar prácticas sostenibles que integren la producción ganadera con la conservación de la biodiversidad. Se debe tener presente que, en términos de producción de los bosques, hay años buenos y otros no muy buenos dependiendo que tan productivos sea el verano o tan crudo el inverno. Las plantas responden a esta realidad bioclimática de la región, por lo que hay que conocer en el tiempo cómo son los cambios del potencial forrajero del bosque y no ejercer sobrepastoreo".
Por su parte el Dr. Alejandro Huertas se refirió al proceso metodológico con el que se ha desarrollado el estudio. "Hemos desarrollado un sistema para clasificar las plantas que comen nuestros animales, según cuánto les gusta, en alta, media o baja palatabilidad. La justificación para este análisis es que una mayor cantidad de lignina, que es una fibra difícil de digerir, no les gusta tanto. Por el contrario, un menor contenido de lignina aumenta la palatabilidad o gusto. Un mayor contenido de proteína cruda (CP) también mejora la palatabilidad".
La importancia de este estudio radica en la posibilidad de encontrar un equilibrio entre la conservación de los bosques nativos y su uso sostenible. Aprovechar el potencial nutricional de estas plantas podría significar una fuente adicional de alimento para el ganado, reduciendo la presión sobre las tierras de pastoreo y promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles. El Dr. Huertas indicó "nuestros resultados son preliminares y sugieren que los bosques por sí solos no son la solución para la problemática que enfrentan muchos de los productores de la región por escasez de alimento para sus ganados. Los sistemas silvoagropecuarios de la Región requieren del apoyo de buenos pastizales, forraje en pie o fardos, así como tecnologías sustentables con el medio ambiente".
Con estos hallazgos, el CIEP reafirma su compromiso con una ciencia participativa y cercana, que busca entender y proteger nuestros ecosistemas de manera integral y sostenible.