(Crónicas Fronterizas)
"Tus palabras son como un zumbido de moscas en mis oídos". (Mika Waltari. "Sinuhé El Egipcio")
Entrando la década del 2000, yo escribía en el ya extinto Diario Aysén sobre "el funcionario x" y sus circunstancias, en una (algo burda) alusión a Ortega y Gasset. Época de muchísima efervescencia política en un "ecosistema" político bastante reducido y doméstico, mucho más que hoy, por cierto (Nota personal: no olvide el lector poner donde pueda la palabra ecosistema para verse aún más inteligente, hoy se usa para todo).
En estas columnas, de alguna manera pudimos dar cuenta de su look, de esa secreta aspiración de irse a vivir a una parcela ?cuestión que ya estaba pasando en aquella década-, de sus movimientos para estar cerca del poder, de su ingreso a la administración pública, de sus padrinos políticos, etc. Yo escribía aquello en un momento en que no tenía demasiado que perder.
Hoy, 24 años después, el funcionario x, bordea la tercera edad y ya sin influencia política ?pues no logró ser el anciano sabio de la tribu, dado que semejante magistratura, está reservada para quien se la gane- resuelve las cuestiones relativas a su retiro, el que se ve cercano en el horizonte.
Hoy, 24 años después, un tipo despotrica por las redes sociales en contra del sistema. Ello, desde su parcela cercana a la ciudad capital, a la que se ha venido a vivir, arribado desde algún sector privilegiado de la capital, desde donde los ecos de su apellido, colegio y/o universidad no alcanzan a llegar, demasiado. Critica al statu quo, el mismo que le ha permitido acariciar una contrata en algún servicio público desde que lo administraba el sector político que él dice detestar.
¡Ah! y también critica la ortografía y redacción de las personas que escriben en medios de prensa y redes sociales, sujetos que debieran darse por enterados, y acto seguido, deja anotada una gruesa palabrota para intensificar su argumento, "cresta" es su muletilla.
Ese tipo de "tipos", es habitué de la incipiente broza cultural-artística local y se le ve arrimado a los gestores por acá y por allá, sin mucho que decir. Parece que toca guitarra, y hoy creo que es "cool" estar cercano a él.
Probablemente sea más ingenuo y menos descarado políticamente que el funcionario x de hace más de veinte años, y trae todos los "chiches" de una generación de personajes progres, arribados desde Ñuñoa y alrededores (valga la caricatura). Está en la Patagonia, pero reniega de ella de una manera sutil, sobre todo porque en su sentir esta región es baluarte de una derecha que solo existe en su imaginación. Critica a militares, a políticos (de un solo sector) a curas y jueces. Es decir, a todos aquellos que jamás le podrán responder.
No anda solo, transita en grupos de gente pretendidamente progresista y cercana a las artes, que no se quedan mucho rato en un evento si es que hay otros paralelamente, así el grupo de mueve rápido y ágil, más que una manada es un cardumen…