El pasado viernes 15 de marzo, la Corte de Apelaciones de Coyhaique acogió recurso de amparo interpuesto por la Defensoría Regional de Aysén y el Instituto Nacional de Derechos humanos, exponiendo la precaria situación carcelaria de las mujeres privadas de libertad. 

Esto nos lleva a hacer una reflexión sobre la situación carcelaria en general de los privados de libertad en las localidades de la región, distintas a Coyhaique o Puerto Aysén.

En más de alguna ocasión, imputados privados de libertad por tribunales de localidades de Aysén, han sido trasladados a recintos penitenciarios de Coyhaique o Puerto Aysén ¿La razón? Muchos centros penitenciarios no cuentan con las medidas de seguridad necesarias para ciertos imputados.

Esto claramente afecta muchos de los derechos consagrados por la Constitución Política, como lo son la igualdad ante la ley y la presunción de inocencia, cuya afectación radica en motivos ajenos a nuestros usuarios.

En el caso de las mujeres la situación es aún más dramática, pues ellas, en caso de ser decretada su prisión preventiva, deben cumplirla en el recinto de la capital regional. Este hecho, es totalmente discriminatorio, ya que en caso de que un hombre cometa el mismo delito en las mismas circunstancias, su medida cautelar va a cumplirla en la cárcel más cercana de dicha comisión.

Esto nos lleva a pensar en que, pareciera que el sistema carcelario está solo pensado en la idea de privación de libertad como fin único, sin tomar en cuenta que las personas en la cárcel pierden su libertad, pero no los demás derechos que la Constitución consagra. En ese sentido, enviar a una persona a una ciudad donde no tiene arraigo alguno, afecta su integridad psicológica y la expectativa real de las personas a tener visitas de sus seres queridos; para qué decir de la presunción de inocencia, ya que pareciera una forma de castigo anticipado sin que aún haya un veredicto condenatorio en su contra.

Estos problemas se acrecientan aún más para aquellas imputadas que tienen hijos, donde se afecta no solo los derechos de la madre, sino también de los niños, quienes anhela el poder encontrarse y reunirse con su madre.

Este fallo es alentador, pero aún queda saber la decisión final de la Corte Suprema y aún así, hay mucho camino por recorrer en lo que a un sistema carcelario eficiente se refiere, especialmente frente a la situación de los privados de libertad de las comunidades más lejanas de la región, donde muchas veces una decisión judicial no solo termina privándoles de la libertad sino también de sus familias y seres queridos por completo.