Las deudas del mundo público y privado con el desarrollo regional

Todos los diagnósticos sobre crecimiento y desarrollo económico regional por lo general no son muy favorables, casi siempre todo circunscrito a nuestra escasa población, y por cierto que reflejan una adversa realidad que impacta directamente en la calidad de vida de quienes habitan en este territorio austral.
Y en esta reflexión entran por igual el sector público y los privados, quienes pese a las críticas y polémicas que se han suscitado en el último tiempo tienen una tremenda cuota de responsabilidad, porque el progreso debe ir aparejado de acciones concretas de ambos sectores.
Por eso es importante exigirle una mejor gestión y eficiencia al Gobierno, y también emplazar al sector privado a dejar la crítica de lado, a salir de la trinchera, y asumir un protagonismo real que vaya más allá de lo discursivo y lo ideológico, si de verdad quiere aportar al desarrollo regional.
Los anhelos de progreso que tiene la gente de Aysén se han transformado en las últimas décadas en una demanda transversal que no puede ser encasillada como ideológica, sino que, por el contrario, parte de una aspiración de absoluto y mayoritario sentido común en este y cualquier gobierno. Porque a diario se urden teorías un tanto conspirativas y catastrofistas en torno a la legítima demanda social, a los auténticos anhelos del pueblo, y la clase política tiende a utilizar el discurso del ninguneo para acomodar el debate ciudadano a sus intereses, perdiendo de vista el objetivo y anteponiendo casi siempre, el sesgo ideológico.
Hoy la demanda por más pavimento en Carretera Austral es transversal, lo mismo que un nuevo y mejor hospital regional, más viviendas para revertir el déficit y muchas otras aspiraciones que han estado en la prioridad ciudadana desde hace décadas. Entonces pretender transformar esos anhelos en demandas con determinado sesgo político, es un error y una mala intención.
Hoy lo relevante y urgente para la comunidad es que las autoridades muestren evidencias concretas de querer sacar a Aysén del subdesarrollo y comenzar a generar medidas y políticas públicas que apunten en esa dirección. El Gobierno Nacional y Regional entienden y asumen que la ciudadanía anhela ver a las autoridades en una actitud más proactiva, no reactiva.
El sentido común nos refuerza que de nada sirve atrincherarse, ni menos politizar el debate, simplemente hay que actuar con transparencia, honestidad y preocuparse por el bienestar de todos los aiseninos y aiseninas que, más allá de su domicilio ideológico, anhelan un mejor pasar y ser protagonistas de un desarrollo con el énfasis puesto en las personas.