Lesionar, es decir herir, golpear o maltratar a otra persona, es un delito y en nuestra legislación, sus sanciones están descritas entre el artículo 395 al 403 del Código Penal. Claramente están asociadas a la violencia y la intolerancia, problemas profundamente arraigados en nuestra sociedad.

Las lesiones han sido los ilícitos más denunciados en la Región de Aysén durante este año. Hasta el momento, se han reportado 756 lesiones leves, menos graves, graves y graves gravísimas, según su tipificación. 401 de estos casos han ocurrido en Coyhaique y 265 en Aysén. Adicionalmente, el año pasado se reportaron 1.390 delitos de lesiones en toda la región y también fueron la familia de delitos más denunciados. En el año 2022 ingresaron 1.188 casos en nuestra región.  

Desde un punto de vista clínico, una lesión es toda alteración de la estructura anatómica o funcional del cuerpo o de los tejidos, producida a través de distintos medios, las cuales se distinguen bajo el criterio de riesgo vital de cada víctima.

En la constatación de lesiones que efectúa un profesional médico, procedimiento que sirve también para la investigación penal, los criterios para su clasificación dependen del plazo de recuperación para volver a trabajar y de la incapacidad laboral que ocasionen a cada víctima.

En el caso de las lesiones graves gravísimas, la persona afectada resulta demente o con incapacidad para el trabajo, impedido de algún miembro importante de su cuerpo o notablemente deforme. Por su parte en las lesiones graves, la víctima queda con una enfermedad o incapacidad para el trabajo por más de treinta días.

En las lesiones menos graves, la persona afectada tiene una enfermedad o incapacidad para el trabajo por menos de treinta días y en el caso de las lesiones leves, la víctima no tiene enfermedad ni incapacidad para el trabajo, pero obviamente sí fue víctima de una lesión la cual fue constada por profesionales médicos. Y en caso de que las lesiones se produzcan en el marco de violencia intrafamiliar, las penas aumentan en un grado.

Las sanciones para todos estos delitos de lesiones son también variables y se determinan caso a caso por parte de los Tribunales de Justicia.

Las cifras que he expuesto deben llamarnos a la reflexión como sociedad regional. La ocurrencia de estos delitos no puede ser ignorada en Aysén. Cada caso de lesión implica no solo un daño físico, sino también un impacto emocional y psicológico en la víctima y su entorno. Debemos entender y asimilar que la violencia no es una respuesta aceptable a ningún conflicto.

Entender el fenómeno de la violencia desde sus raíces y ofrecer ayuda psicológica, pueden prevenir futuros delitos. Un desafío para el Estado sería proveer más opciones de apoyo psicológico tanto a víctimas como a agresores y fortalecer los programas de prevención y rehabilitación actuales. Asimismo, promover la resolución pacífica de conflictos y la empatía hacia los demás desde la educación inicial. Necesitamos fomentar una cultura de respeto hacia todas y todos.

Las cifras de lesiones en la Región de Aysén son un llamado de alerta para que trabajemos juntos, tanto autoridades como la comunidad, a fin de proteger a las futuras generaciones y asegurar un futuro libre de violencia a nuestros hijos e hijas.