El pasado viernes 28 de junio la ministra Maisa Rojas firmó la resolución de inicio del Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) de Coyhaique. Este hito, marca el inicio de la revisión de nuestro plan, que será lo que abordaremos en la columna de la semana.

Comencemos mirando la historia: el PDA actual entra en vigor en el año 2019, y a la fecha, nos ha permitido avanzar en la disminución de un 42% de las emisiones promedio anuales de material particulado fino (MP 2,5), en más de un 60% de la meta de 15.000 recambios de calefactores y un 92% de los 7.000 subsidios de aislación térmica en viviendas comprometido. Este instrumento considera otras acciones conducentes a mejorar la calidad del aire, como el acompañamiento a través de un programa de educación ambiental en calidad del aire a nivel regional para prevenir el problema en otras localidades de la región de Aysén.

Revisemos el año 2024: Este año ha sido particularmente complejo para la calidad del aire, al escribir estas líneas ya sumamos 58 episodios críticos constatados, aumentando en casi un 60% respecto al año 2023. Estos números son preocupantes, y como Estado debemos mirarlos con un ojo crítico, analizando las causas y buscando que la inteligencia colectiva y la articulación institucional trabajen por disminuir las emisiones de material particulado en la ciudad de Coyhaique, atentos también a que, en perspectiva, este problema lo tienen otras ciudades de la región y el centro sur de nuestro país. 

Es desde este prisma que hemos potenciado esfuerzo y medidas que han dado cuenta de mejoras en nuestra calidad de vida, el refuerzo del programa de recambio de calefactores, por ejemplo, que luego de una exhaustiva revisión que hizo necesaria una pausa, nos permitió retomar la medida con un número histórico de beneficios, alcanzando los 2.200 recambios para que nuevas familias puedan sumarse durante 2024 al beneficio ambiental; y no solo eso, sino que también promover programas preventivos en Puerto Aysén y Cochrane. Avanzamos también en el fortalecimiento de la educación ambiental, promoviendo buenas prácticas, sensibilización e información dura para toda la ciudadanía, porque sabemos que el cambio requiere de un compromiso consciente de todos y todas y en ese sentido, nuestros esfuerzos están puestos en que nadie quede fuera. Miramos también con esperanza la implementación de la ley de biocombustibles que augura cambios y regulaciones que nos permitirán acceder a combustibles más limpios y por tanto avanzar en una nueva matriz de calefacción. 

Miremos el futuro: La actualización del PDA nos invita a revisar lo que hemos hecho, el impacto y alcance de las medidas, pero algo mucho más importante aún: tomar la oportunidad de construir un PDA robusto, innovador, ambicioso y desafiante, que sobre realidad histórica de nuestra ciudad bajo el humo soplen vientos de cambio que muestren con orgullo a Coyhaique como el corazón limpio de la Patagonia, y que Aysén reserva de vida se convierta en la forma de vivir en este majestuoso lugar.