En su cuenta pública de este domingo, el Presidente Gabriel Boric seguramente entregará muchas cifras y datos que tendrán, como siempre pasa, expresiones de apoyo y también de rechazo. 

Se trata de un momento significativo para el Primer Mandatario y es muy probable que ponga de relieve los avances que se han logrado en estos tres años y tres meses. Pero también la ciudadanía espera que las reacciones sean templadas, realistas y que la clase política demuestre algo de nobleza, algo que hace rato se perdió, por lo que muchas personas anhelan porque se actúe con más templanza y sentido común para hacer la crítica.

Hoy parce que todo fuera blanco y negro, sin matices, lo que deja en evidencia una polarización que inquieta y que ha transformado a los electores, a los ciudadanos/as, en botines políticos, donde abunda una brutal y permanente falta a la verdad, donde el adoctrinamiento ideológico parece ser el único objetivo, sin dejar espacio para que convivan posiciones que más allá de sus diferencias, no pueden ni deben volverse intolerantes.

La comunidad sigue muy pendiente de la reactivación económica, de la seguridad y algunos indicadores ya evidencian mejoría, lo que ciertamente está generando un escenario de mejores perspectivas. Hay que condenar colectivamente las interpretaciones abstractas, pero más aún las fake news, que finalmente siempre terminan siendo enemigas de la democracia.

Hoy hay señales claras de que expectativas ciudadanas están puestas en una auténtica reactivación y en un efecto multiplicador que permita generar empleos y dinamizar la economía, es tema prioritario a nivel país y regional. A ello se suman otras tantas aspiraciones que no tienen sesgo ideológico, sino que simplemente representan la esencia más pura del sentido común y de los legítimos anhelos de cualquier ciudadano y ciudadana de este país.

Desde que se inició esta gestión gubernamental, esperamos que nuestro país salga de sus complicaciones y comencemos colectivamente a sentir, a palpar, mejores tiempos para así dejar atrás la incertidumbre y comenzar a poner nuestros mayores esfuerzos y convicciones en un mejor y próspero futuro para Chile, para Aysén y su gente.

Hoy, los desafíos son de consenso; todos anhelamos que comiencen a advertirse señales positivas, que la economía y el empleo inicien un proceso de mejora constante y así se pongan en marcha nuevos proyectos, nuevas ideas, nuevos emprendimientos, y se genere en Aysén un clima de optimismo colectivo que tenga un correlato en todos los rincones de nuestra sociedad.