Quedan 15 meses de Gobierno y el transitar por este 2024, con sus luces y sombras, ha sido complejo, ya que se instaló un ambiente de incertidumbre colectiva del cual ha costado muchísimo salir.
Estamos en la etapa final del mandato del Presidente Gabriel Boric y como habitantes de Aysén, seguimos llenos de expectativas y con el deseo de ver a nuestro país y nuestra región con mejores indicadores de desarrollo. Se trata de anhelos que por cierto son transversales y no tienen ningún sesgo político, sino que simplemente la convicción que tienen los aiseninos y aiseninas de ver transformar a este territorio en un lugar más integrador y acogedor para sus habitantes, una región con más oportunidad y menos brechas en todos los ámbitos.
Y aun cuando el país enfrenta un complicado momento, y esa realidad nos mantiene como sociedad con incertidumbre, los ciudadanos/as creen que es posible una mejor gestión gubernamental, por lo que esperan que las decisiones relevantes para el futuro de Chile y sus regiones se adopten con participación activa de todos y todas, con más diálogo, tolerancia, sentido común y trabajo colaborativo.
La comunidad espera ver señales más concretas que dejen en evidencia que el gobierno está tratando de avanzar, de mejorar su gestión, porque trabajar de cara a la gente, con sentido de urgencia y transparencia, en terreno y fiscalizando que las directrices nacionales, tengan un correlato efectivo en el territorio, son exigencias que trascienden a las tendencias ideológicas.
La administración que lidera el Presidente Gabriel Boric debe comenzar a dar señales más contundentes y palpables, y en el caso de la región de Aysén, necesitamos que se genere un clima de mayor confianza y de diálogo, si queremos avanzar en serio y lograr mejores estándares de desarrollo, ya que como suele ocurrir, a veces las autoridades enfrentan las dificultades con más entusiasmo que propuestas, como mucho discurso y pocas acciones.
Insistimos, por sobre la ideología del gobierno de turno y de lo que piense cada ciudadano/a, profundizar y enriquecer la democracia es un ejercicio permanente de tolerancia y de profundo respeto por las diferencias. Por lo mismo, la gente pone sus expectativas, que son muy variadas, en la gestión del Ejecutivo, esperando que todo sea prioritario y urgente, ya que los beneficios de un buen desempeño tienen un impacto favorable y con repercusiones colectivas inmediatas, más aún en una zona como Aysén, que presenta una fuerte dependencia de la inversión estatal.
Por ello, como diario regional abogamos permanentemente por un debate democrático y serio, ya que más allá del legítimo derecho a disentir o a estar de acuerdo, permite darle matices a los distintos enfoques o miradas que cada cual tiene respecto a la gestión gubernamental que requerimos, pero también tiene insumos empíricos que están ahí, al alcance de todos y de todas, y que son los diagnósticos de nuestra realidad.