Reconocimiento errado de sospechosos


La verdad es que no dejan de parecer contradictorias las voces de apoyo a la petición de algunos líderes de opinión respecto de la necesidad de encarcelar, en base a sospechas (muchas veces del todo insuficientes) a quienes pudieran ser ? presuntamente - autores de algún delito; y, al mismo tiempo, horrorizarnos el saber de cientos de historias de personas que se han visto privadas de libertad siendo inocentes.
Es evidente que mientras mayor sea el reclamo social en torno a encarcelar a las personas ante la mera existencia de sospechas, sin esperar un juicio justo y objetivo, y eventualmente una posterior sentencia condenatoria, mayores serán los niveles de error al interior del sistema de justicia penal, y, por lo mismo, mayores serán las posibilidades de que se encarcele a un inocente.
Existen muchos factores que pueden influir en que el sistema de justicia penal cometa errores, uno de los principales es el reconocimiento visual errado, que surge cuando los testigos - incluidas las víctimas- equivocan el reconocimiento de quien ha cometido el delito. De hecho, estas personas pueden estar honestamente convencidas de que recuerdan con precisión y que pueden identificar con total certeza a una persona, pero aun así no acertar.
Y es que nuestra memoria no es una cámara de video. Los recuerdos fallan por "variables de estimación", tales como oscuridad o distancia, o por "variables del sistema", debido a que los procedimientos de identificación se realizan de manera inadecuada.
Entre estos últimos destacan el reconocimiento sugestivo del único detenido que es exhibido; el reconocimiento del imputado en compañía de otros sujetos con los que no comparte características; el reconocimiento en los cuales se informa a la víctima o testigo previamente quién es el sospechoso; el reconocimiento fotográfico en que el imputado es el único exhibido o es el único que comparte características con aquellas indicadas por la víctima o el testigo; y el cambio en la descripción que hace la víctima o testigo luego que le es exhibido quien se encuentra detenido como sospechoso de ser el autor del delito.
El sistema de justicia penal puede y debe controlar la falta de estandarización y regulación de los términos en que se realiza un reconocimiento, buscando reducir los riesgos asociados a la posible sugestión e influencia por parte de de terceros que administran estos procedimientos, tales como identificaciones mediante rueda de sospechosos o utilizando un set de fotografías, sin influir en el testigo.
La identificación equivocada por parte de testigos y víctimas es un problema universal y probablemente es la principal causa de condenas erróneas en todo sistema de justicia penal.
Por lo mismo, siempre se debe tener presente que no se puede descartar esta posibilidad en un procedimiento policial o judicial y tener claro que las consecuencias de aquello muchas veces es tan simple como dramático: un inocente queda tras las rejas.