Coyhaique-. El pasado viernes 8 de Mayo, falleció en Santiago el Arquitecto Jerónimo Torres Campos a la edad de 91 años. Responsable del diseño y la construcción de numerosos edificios públicos en la región de Aysén, sus colegas de la Dirección Regional de Arquitectura del MOP atesoran intensamente el haberlo conocido como persona y su enorme legado como profesional.
Jerónimo Torres Campos nació en Santiago de Chile, el 30 de noviembre de 1923. Realizó sus estudios básicos en la Escuela Pública 259 de La Cisterna y en la Escuela 12 de Santiago, posteriormente concluyó sus estudios secundarios en el Instituto Nacional. Su formación universitaria la efectuó entre los años 1942 y 1949 en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
Su constante ímpetu de búsqueda de nuevos conocimientos ligados a la arquitectura lo destacaron como un gran autodidacta, notándose esa virtud en estudios de acústica aplicada a la arquitectura (aplicación en salas de teatros, conciertos, cines, etc.) y de paisajismo (composición, hidráulica aplicada, botánica, suelos, etc.) cuando había una total ausencia de esos cursos en nuestro país.
Siendo funcionario de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas en Santiago, en el año 1952, recibió la orden de viajar a Aysén a inspeccionar y estudiar unos terrenos.
Estuvo un mes en la región de Aysén realizando importantes avances en planos y estudios para luego dar cuenta de su trabajo en Santiago. Prontamente después de su regreso a la capital se le ordenó dar origen y organizar la Oficina Provincial de Arquitectura con asiento en Aysén, para lo cual debía trasladarse definitivamente a Coyhaique.
En aquella época, Coyhaique era un pequeño villorrio rústico, con abundancia de casitas pequeñas, constituidas a lo más por cuatro piezas, hechas de madera sin elaborar, con una letrina y un pozo interior para captar agua.
Sin duda, la presencia del primer arquitecto en la región fue determinante para marcar una clara división entre el poblamiento espontáneo de Coyhaique y de un posterior ordenamiento de la ciudad y la creación de edificios sólidos, academicistas y que le daban una nueva imagen no tan sólo a la joven ciudad de Coyhaique (fundada en 1929 con el nombre de Baquedano) sino que a todos aquellos inhóspitos rincones de esta gran región de Aysén.
El 14 de noviembre de 1953 y para toda la provincia de Aysén, se constituye en su dirección de calle Montt 17, la Delegación Provincial de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (actual casa de Huéspedes Fiscales de la DA-MOP), que bajo la dirección de este arquitecto tendrá a su cargo la construcción de importantes edificios públicos en los años siguientes. Siendo el primer profesional y el único a cargo tuvo que asumir los roles de: urbanista, calculista, constructor, jefe de obras, adiestrador de operarios, diseñador de instalaciones (agua, electricidad, y alcantarillado), técnico hidráulico en captación y aducción de aguas, encargado de pavimentación, defensas fluviales, muelles, riego, y debió enfrentar la aplicación de reglamentaciones sin consultor alguno.
La persona de Jerónimo Torres está ligada a la consolidación de la arquitectura pública en la región, principalmente de Aysén y Coyhaique. Destino prácticamente un cuarto de siglo a trabajar para la Dirección de Arquitectura y medio siglo en su actividad particular en esta región, la que él define: “no se llega a conquistar, sino a recibir”. De su trabajo realizado en la región de Aysén se destacan casi un centenar de proyectos como Escuelas con Internado en localidades apartadas, los primeros edificios de Servicios Públicos, los primeros cuarteles de Carabineros y bomberos, los primeros gimnasios cubiertos de la región en Coyhaique y Puerto Aysén, locales comerciales y un gran número de viviendas, entre muchas otras obras.
La Dirección Regional de Arquitectura del MOP, Región de Aysén, rinde un sentido homenaje de parte de todos sus funcionarios a su colega “Don Jerónimo”, quien nunca cesó en defender y promover el Rol Social del Arquitecto-funcionario Público- y su papel fundamental en el mejoramiento del nivel de vida de los habitantes de la región de Aysén, territorio al que amó profundamente y que honroso recibirá sus restos para su eterno descanso.