Ese es el nombre con el que este 30 de abril se registró a las y los precandidatos de las fuerzas de izquierda y progresistas para las primarias presidenciales, las que se realizarán el 29 de junio. Por Unidad por Chile se inscribió a Jeannette Jara del Partido Comunista, apoyada además por Acción Humanista; a Gonzalo Winter del FA; a Carolina Tohá del PPD, avalada por los Liberales y Jaime Mulet de FRVS. Respaldan a este bloque el PR y el PS de Chile.
Lo trascendente de estas primarias es que los partidos concurrentes fueron capaces de trabajar puntos de acuerdo en beneficio de Chile, sus regiones, su gente. Presentan un proyecto a la ciudadanía que reafirma la democracia, la justicia social, la seguridad, el respeto al medio ambiente, los derechos de las y los trabajadores. Es cierto que en este bloque también hay diferencias, pero aquellas se debaten de cara a la gente y no alteran lo esencial de un proyecto que ofrece un camino donde todas /os podrán vivir mejor. Además, la gente independiente y las que pertenecen a uno u otro partido de este bloque, podrán voluntariamente manifestar su preferencia el día de las votaciones y de acuerdo a ese resultado saldrá el candidato/a, que irá en la papeleta para disputar la presidencia de Chile.
Este es un ejercicio democrático de alto nivel, porque permite la unidad de diferentes fuerzas detrás de un proyecto país, el que debe ser apoyado por todos, una vez se resuelva quien será la o el candidato con la primera mayoría. Independiente de quien sea elegido/a, todos se comprometen a respaldarlo en beneficio del propósito que los unió.
Cuando hay real interés por Chile, por su gente, las voluntades se acercan, se rompen los cercos del individualismo y los egos y se producen estos encuentros, como el de Unidad por Chile.
Que diferente es el espectáculo que está dando la oposición, todos de derecha, claro que algunos más ultras que otros, donde cada uno quiere eliminar al otro, codazos incluidos. ¿Cuál es el matiz que les impide presentar al país un proyecto común? Preferible no ver ese plan, porque de solo escuchar a los tres candidatos de derecha, da terror pensar que alguno podría ser presidente. Avalan, respaldan y hasta elogian la cruel dictadura del tirano Pinochet, se niegan a ver y reconocer las diversidades sexuales, a lo menos una candidata propone resguardar las fronteras con todo tipo de obstáculos como zanjas, alambres de púa, incluso lugares dinamitados (aunque existe un compromiso, de la convención de Ottawa, de no colocar dinamita en las fronteras), devolver a su país en un plazo de 24 horas a quienes ingresen ilegalmente, expulsar a todos los que están ilegales en el país. Pero, nunca han aclarado hacia dónde se expulsarán los inmigrantes, cómo se haría con los venezolanos debido a que Chile no tiene relaciones diplomáticas con ese país. Tampoco se ve realista expulsar en 24 horas a cientos de personas. Donde están muy de acuerdo es en crear más cárceles, sobre todo de alta seguridad, similar a la que existe en El Salvador. Incluso los dos candidatos varones de ultra derecha sostienen su disposición a ir en contra de tratados internacionales sobre este tema, porque sus propuestas vulneran derechos ya firmados por Chile. Cárceles, expulsiones, represión, sólo eso. Pero, cuando tuvieron la oportunidad de aprobar el levantamiento del secreto bancario para perseguir la evasión de impuestos o el lavado de dinero del narcotráfico, toda la derecha votó en contra en el Parlamento.
Discursos que sólo mencionan control migratorio, política carcelaria y empoderamiento militar. Existen proyectos al respecto, pero los obvian.
Lo que necesitamos es un país donde la dirigencia fortalezca la democracia, la justicia social y promueva las oportunidades de desarrollo para todas/os.
Esa está en Unidad por Chile.