Luego de que se conociera la pésima evaluación del Hospital Regional Coyhaique en torno a la percepción de los usuarios respecto de la atención que se les brinda, el ex director del recinto asistencial, Jaime López Quintana, accedió a conversar con El Divisadero acerca de las condiciones en las que se da este estudio y los posibles caminos que se pueden tomar para mejorar la atención pública.
¿Cómo se puede leer ciudadanamente lo que ha ocurrido?
"Primero que todo, es una gran tristeza, porque estar en el último lugar a nivel nacional da cuenta de que esta evaluación, que es muy seria, la hace el Ministerio de Salud de manera externalizada todos los años por ley y permite entregar un bono a los funcionarios del orden de 400 mil pesos, que se entregan en el mes de noviembre. Nosotros, en los últimos siete años, mientras se aplicó la encuesta, estuvimos siempre entre la categoría 1 y 2, lo que les permitía a los funcionarios acceder a este beneficio salarial. Pero esta evaluación da cuenta de que no hay un buen trato al usuario en el hospital, porque esto es una medición que se hace en un trabajo de más o menos 2 a 3 días. Que nosotros estemos en el último lugar nacional es una pena porque, principalmente, da cuenta de lo mal que se están haciendo las cosas. Yo creo que esto tiene que ver principalmente con la irresponsabilidad que comete el Servicio de Salud al mantener ya un año y medio prácticamente, nuestro hospital sin una dirección titular a través de la alta dirección pública, y mantener una subrogancia que, con muy buena disposición, trata de hacer las cosas lo mejor posible, pero que no siempre tiene las herramientas ni el respaldo político-técnico para hacer lo que le corresponde en estas materias".
Al margen del bono, ¿esto golpea en la diaria labor de quienes están en el hospital?
"Por supuesto, esto revela que hay, de alguna forma, un daño al ánimo, a la disposición y también a los liderazgos, que son los que permiten que la institución funcione correctamente. Esto, en términos de lo que significa la evaluación que hacen nuestros usuarios de cómo perciben la atención que reciben en el Hospital Coyhaique, da cuenta de ello en el sentido de no tener un reconocimiento favorable de cómo se relaciona con nuestros funcionarios".
En su experiencia de siete años como director del hospital, ¿qué medidas amerita esta evaluación, este último lugar? ¿Qué se debiera hacer pensando en mejorar este pobre desempeño?
"Bueno, yo creo que lo que necesita el hospital para estos efectos, en particular, es revisar su planificación estratégica con los funcionarios. De esa planificación estratégica se deben desarrollar los elementos que tengan que ver con el ambiente de trabajo, el clima laboral, y también las necesidades que los trabajadores tengan insatisfechas, de modo tal que se establezcan compromisos, diálogos, y también, con las organizaciones de la comunidad. El hospital tiene un consejo de desarrollo donde están representadas más de 30 organizaciones funcionales y territoriales, y ahí tiene que haber un fuerte diálogo para identificar cuáles son aquellos aspectos que son susceptibles de mejora, ya sea por la vía de la capacitación, del descanso o del mejoramiento del ambiente laboral. Que sea un trabajo que estimule y recupere esta relación que, evidentemente, está dañada con los pacientes".
Finalmente, a su juicio, ¿cómo deben reaccionar y qué deben hacer los gremios como Fenats, el Colegio Médico y los demás colegios profesionales y estamento que conviven diariamente en el hospital?
"Creo que alguna reacción habrá, no me cabe duda de que lo van a hacer. Yo creo que el eje de esto es recuperar un programa de trabajo que los convoque a todos en torno a poner de sí lo mejor para que podamos recuperar este nivel de relación que es tan necesario en esta región, en particular dado que el hospital regional es el centro clínico que tienen nuestros habitantes para poder acceder a una atención de salud compleja. Por lo tanto, lo que hagan los gremios, lo que hagan los distintos estamentos, es incidente respecto a la percepción que se tenga de la atención de salud. Yo creo que los gremios y, en particular, los estamentos deben representarle a la dirección del Servicio de Salud de Aysén el recuperar una senda de trabajo con un liderazgo claro, con un liderazgo formal, que les permita establecer estos diálogos de compromiso. Hoy día, con un subrogante, es difícil que se puedan plantear o proyectar metas de largo plazo o mediano plazo, porque es un subrogante que puede, en cualquier momento, salir, y eso es muy nocivo para el establecimiento".