El día 6 de mayo la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento, formada para elaborar propuestas de solución al conflicto mapuche, entregó al Presidente Gabriel Bori? las 21 sugerencias de reparación. Fueron pensadas para mitigar casi tres décadas de violencia en la Macrozona Sur, que comprende las regiones del Bíobio, la Araucanía, los Lagos y Los Ríos.
La comisión fue "variopinta" para dar credibilidad al trabajo y estuvo formada por ocho consejeros, con representantes políticos, agrícolas y miembros del pueblo mapuche. Tan ecléctica que la formaba Alfredo Moreno (ex Ministro de Piñera), Francisco Huenchumilla (DC), Carmen Gloria Aravena (Partido Republicano), Gloria Callupe (Encargada de la Unidad de Pueblos Originarios del Gobierno Regional del Bíobio), Adolfo Millabur (mapuche-lafquenche sin militancia política), Sebastián Naveillán (presidente de la Asociación de Agricultores Malleco y simpatizante del Partido Republicano), además de Víctor Ramos y Nicolás Figari.
Aunque sus concepciones ideológicas, orígenes, experiencias de vida eran muy diferentes, aceptaron el desafío de trabajar en la búsqueda de solución al conflicto en la Macrozona Sur, mal llamado conflicto mapuche. Desde un comienzo la comisión reconoció que el tema más complejo y más importante era la restitución de tierras. Las mismas que le fueron usurpadas al pueblo mapuche y los han reducido a mínimos espacios y a la pobreza (datos del 2020 indican que en la región de la Araucanía alrededor de un cuarto de los mapuches están en situación de pobreza o indigencia). Para el mapuche la Ñuke Mapu es la madre tierra y está en el centro, por lo que tiene que ser protegida y es un derecho que debe estar garantizado en la Constitución. Cuando el mapuche reclama su tierra no lo hace solo en un sentido material, sino en pos de la defensa de su cultura, del espacio donde se desarrolla su vida como comunidad. Para ellos es prioritario defender sus territorios ancestrales frente a la expansión de las empresas forestales, hidroeléctricas y salmoneras. Todas estas empresas privilegian el crecimiento económico por sobre el cuidado y supervivencia de los ecosistemas, su lema es ganar AHORA aunque eso signifique destrucción y pérdida para las generaciones futuras. Obviamente esto es una concepción muy diferente de la cosmovisión mapuche, donde ellos se ven como parte del cosmos, con una energía que se conecta con la energía de la tierra y el cielo.
La Comisión (al menos en el borrador) propone la creación de un fondo de tierra con 4.000 millones de dólares para cumplir con 51.899 familias que hoy día están en espera. Como la tierra es un bien inalienable y no se puede hipotecar, la comisión recomienda contemplar un mecanismo especial de garantía estatal para facilitar el financiamiento del mapuche basado en la propiedad de la tierra indígena.
Hay otras medidas (21 en total) que abarcan otros ejes, no solo el de la tierra, pero es el tema "tierra" el que más polémica provoca y puede hacer naufragar el acuerdo.
Por ejemplo, el Partido Republicano ve en este borrador el resurgimiento de distintos aspectos que fueron rechazados el 2022 en la propuesta constitucional de la Convención. Además, consideran inviable una propuesta que considere tanto recurso económico. Por otro lado, Aucán Huilcamán, representante del Consejo de Todas las tierras, observa que se está sustituyendo la demanda territorial del mapuche por una política pública. Finalmente son los mapuches los que con su voto aprobarán o rechazarán esta propuesta y según ese resultado se definirá un camino para la paz o continuación del conflicto.
¿Habrá humo blanco?