El pasado 28 de julio se conmemora el Día de la Campesina y el Campesino, una fecha significativa que, desde 1990, nos permite rendir homenaje a quienes han sido los pilares de la soberanía alimentaria en nuestro país. Este día no solo marca la importancia histórica de las leyes de Reforma Agraria y Sindicalización Campesina, sino que también celebra el rol esencial de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, que representa el 85% de las explotaciones agropecuarias en Chile.
Desde el Gobierno Regional de Aysén, nos unimos a esta conmemoración reafirmando nuestro compromiso con el desarrollo y fortalecimiento del mundo rural, conscientes de que el futuro de nuestra región está intrínsecamente ligado al bienestar y la sostenibilidad de nuestras comunidades campesinas.
Nuestra región, con sus vastos paisajes y rica tradición rural, encuentra en el campo no solo una fuente de producción, sino también la esencia de su identidad. El mundo campesino es el custodio de las tradiciones de nuestra Patagonia, y en él se halla gran parte de nuestra identidad regional. Es por esto que desde nuestra administración hemos destinado una inversión significativa de $27.391.338.000 al sector agropecuario, apostando por un desarrollo que sea sostenible, inclusivo y que garantice la proyección de nuestras comunidades rurales hacia el futuro.
Ahora, esta semana, junto al Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) y el Ministerio de Agricultura, hemos firmado el Programa de Conectividad Intrapredial, conocido también como el Programa de Caminos Intraprediales. Con una inversión de $3.904.700.000, este programa es un pilar fundamental para mejorar la accesibilidad tanto física como digital de nuestras explotaciones agrícolas. El programa abarca desde el diseño y postulación de proyectos de caminos intraprediales, ya sean individuales o asociativos, hasta la construcción, supervisión y recepción de las obras, incluyendo también un componente de difusión. Todo esto tiene como objetivo principal dotar a los agricultores y ganaderos de nuestra región de la infraestructura necesaria para hacer más eficiente y productivo su trabajo diario.
Nuestra región, con sus vastos paisajes y rica tradición rural, encuentra en el campo no solo una fuente de producción, sino también la esencia de su identidad. Es por esto que desde nuestra administración hemos destinado una inversión significativa apostando por un desarrollo que sea sostenible, inclusivo y que garantice la proyección de nuestras comunidades rurales hacia el futuro.
En Aysén, creemos firmemente en la soberanía alimentaria, un concepto que va más allá de la simple producción de alimentos. Se trata de fomentar la capacidad de nuestras comunidades para autoabastecerse, reduciendo la dependencia de productos externos y, al mismo tiempo, minimizando el impacto ambiental que genera la importación de alimentos y sus empaques. No queremos que nuestra región se convierta en un receptor pasivo de plásticos y residuos provenientes de otros lugares, cuando tenemos el potencial de producir alimentos de alta calidad aquí, en nuestra tierra.
El campo también representa una oportunidad invaluable para nuestros jóvenes y mujeres rurales. A través de programas específicos, hemos trabajado para atraer y mantener a la juventud en el sector agrícola y ganadero, ofreciéndoles no solo formación y apoyo, sino también un futuro prometedor en su propio territorio. Del mismo modo, hemos reforzado los programas que respaldan a las mujeres rurales, reconociendo su rol fundamental en la preservación del conocimiento y las prácticas tradicionales de la tierra.
Parte de nuestra inversión en el agro también ha sido dirigida hacia la investigación y la innovación, canalizada a través de centros académicos y universidades. Estamos convencidos de que, mediante el conocimiento, podemos dotar a nuestras campesinas y campesinos de herramientas que mejoren sus condiciones de vida y de trabajo. Iniciativas como el mejoramiento de la competitividad de la ganadería bovina, la implementación de nuevas tecnologías en riego y drenaje, y el fortalecimiento de la producción frutícola son ejemplos de cómo estamos transformando el sector agropecuario de nuestra región.
En este Día de la Campesina y el Campesino, renovamos nuestro compromiso de seguir trabajando por y para el campo, convencidos de que el futuro de Aysén se construye desde sus raíces, desde sus campos y desde la mano de quienes, día a día, cultivan la tierra y mantienen viva nuestra identidad regional. Sabemos que con la inversión adecuada y el apoyo constante, el campo de Aysén no solo será un motor de desarrollo, sino también un símbolo de resiliencia y esperanza para las futuras generaciones.