A veces el aislamiento puede estar dentro de la propia ciudad. No es necesario la cruda y extensa ruralidad para darse cuenta de aquello. Es lo que sienten los vecinos y vecinas de la población Clotario Blest, quienes hace meses no pueden ingresar sus vehículos a las cercanías de sus viviendas y peor aún, ni siquiera los carros de emergencia pueden hacerlo.
La razón esconde un curioso error de cálculo. La pavimentación de la calle circunvalación Escuela Agrícola, en Coyhaique, se hizo en la misma línea de los postes del alumbrado público y éstos no han sido retirados para colocar las soleras y dar por terminada la obra.
Son unas cuantas cuadras, pero lo suficiente para que unos 100 vecinos de lado y lado vean su vida complicada hasta para ingresar leña a sus hogares, mientras que para muchas personas que tienen dificultades de desplazamiento es una cuarentena perpetua dentro de sus hogares, hasta poder desplazarse con seguridad.
Problemas para los vecinos
“Desde el principio comenzamos mal, porque nunca nos avisaron que comenzarían a trabajar, de la noche a la mañana llegó maquinaria, comenzaron a romper la calle y fue complicado, porque los vecinos tienen vehículos y no avisaron con tiempo para organizarse y ver dónde podían dejarlos”, señaló Jorge Díaz, presidente de la junta de vecinos Clotario Chica.
Para Díaz se alargan los tiempos de trabajo y los perjudicados son ellos, ya que las obras se encuentran suspendidas hace varias semanas. “La empresa pavimentó, pero no dejó ningún acceso o calle habilitada y empezamos a tener problemas. Tienen que cambiar los postes de luz para poder seguir trabajando, pero nosotros apelamos a que no nos dejaron nunca habilitado un lugar para que pudieran entrar los vehículos, al menos haber pavimentado una entrada para tener acceso. Ante un incendio o emergencia no puede entrar una ambulancia o un carro bomba. Hace poco un vecino tuvo una emergencia con su nieta y tuvimos entre todos hacer un espacio para que entrara la ambulancia”, explicó.
Los vecinos del sector están molestos con las incomodidades |
Lo que pretenden los vecinos es que al menos tengan una entrada o salida desde la calle y así descomprimir los angostos pasajes laterales, a la vez de permitir el ingreso de vehículos de transporte de leña o de emergencia e incluso poder sacar su basura del sector.
Por lo demás, las veredas también se encuentran rotas e impiden el desplazamiento de personas mayores o discapacitados. “Conversé con una vecina que usa muletas y me dijo que no podía salir de su casa, porque tiene miedo de caerse. Espero que la empresa y Serviu se haga presente a más tardar el lunes y solucionen este tema para poder transitar”, dijo Jorge Díaz.
La obra, parte del programa de pavimentación participativa, golpeó fuerte la vida de don Héctor Delgado, quien tiene parientes con dificultades de desplazamiento. “Tengo una nieta con discapacidad y no se puede salir con la silla de ruedas y ella no puede caminar, tuve que sacarla caminando y me demoré como media hora en unas cuantas cuadras. No tengo por donde salir con ella en caso de una emergencia. Esto está pasado todos los límites, los vehículos han chocado en los pasajes”, acotó.
Seremi de Vivienda: “Hay que mover los postes”
Consultado sobre el tema, el Seremi de Vivienda, Diego Silva, junto con reconocer que efectivamente las obras fueron suspendidas, traspasó la responsabilidad a la empresa Edelaysén. En entrevista con radio Santa María señaló que “hay una coordinación con Edelaysén, porque hay que mover varios postes que están entorpeciendo la labor para cerrar este contrato”, precisó.
La pavimentación presenta un avance superior al 90%. Sin embargo las obras solo podrán concluir una vez que se retiren los postes del alumbrado público que se encuentran en la misma línea de las soleras de la calle, lo que podría ocurrir en varias semanas, mientras los habitantes del sector deben seguir lidiando con dificultades de todo tipo.
Consultada al respecto, desde Edelaysen declinaron referirse al tema.