Cuando abordamos temas sensibles, los aludidos/as siempre se molestan, y lejos de la autocrítica y de actuar a la altura de lo que el desarrollo de Aysén y de sus habitantes exige, se enojan, se atrincheran y le echan la culpa a la prensa de las tensiones que están instaladas en el ámbito regional, y que, dejémoslo en claro, son absolutamente políticas.
Y no entienden que el problema no es ser gobiernista o de oposición. Lo relevante en cualquier sociedad es ser tolerantes y respetuosos, pero fundamentalmente, ser capaces de dialogar, se reunirse y de superar las diferencias que, a juicio de las partes, obstaculizan el desarrollo regional. Pero seguimos esperando gestos, señales, y nada ha pasado en los últimos meses en este ámbito.
Entonces insistimos en lo mismo, no se advierten liderazgos, solo protagonismo en redes sociales, grandes puestas en escena, harto reel, pero reacción frente a los temas que hoy nos mantienen en un estado de estancamiento, la verdad es que muy poco.
Y desde el mundo productivo tampoco notamos hitos concretos en torno al tema, solo críticas y alusiones personales con un evidente sesgo político, pero más que eso, nada. Por lo tanto, queda la sensación que estamos en una permanente bravata entre las partes, y que así nos podemos pasar meses y meses.
Desde este diario regional, creemos fervientemente que, con metas claras, es posible avanzar y encontrar ese justo equilibrio que se genera en toda sociedad democrática. Porque estamos hablando de desarrollo, un objetivo complejo en Aysén y al que aspira mucha gente. Queremos ver ejemplos concretos de colaboración público-privada, para reactivar la economía y para asumir los nuevos desafíos con la fuerza y la convicción que un propósito como este requiere.
Pero, al parecer, las partes están absolutamente enfrascadas en una pugna estéril e inoficiosa que la comunidad observa con preocupación y frustración.
Todos y todas, incluidos los medios de comunicación, debemos sumarnos a este gran objetivo, porque la búsqueda de consensos es una acción que nos convoca sin exclusión ni sesgos. Comenzar a construir una mejor región, donde el epicentro sean las personas y su bienestar, es un propósito urgente que no tiene domicilio ideológico, al contrario, es una meta colectiva transversal y que trasciende a los gobiernos.
Hoy el foco está puesto en la reactivación económica, pero hay muchísimos otros temas que son prioritarios y que llevan años esperando reacción y resolución. Lo relevante como comunidad es que siempre debemos asumir colectivamente nuevos desafíos, con las ganas de avanzar en aquellas áreas donde aún se advierten dificultades y con la convicción de que vienen mejores días en todos los ámbitos.