Hace ya unos 10 años, un grupo de mujeres profesionales, movidas por la convicción de que la manera de gestar, nacer y vivir sí importa, nos reunimos para trabajar y dar vida a un colectivo: ONG Buen Nacer Patagonia.
Entre nuestros fines está educar, sensibilizar y ayudar a prevenir, específicamente, un tipo de violencia que a la comunidad y profesionales de la salud, en general, les cuesta mucho trabajo identificar: la violencia gineco obstétrica.
En este marco, a partir de marzo de 2024, comenzamos a ser parte del Consejo de Desarrollo Hospitalario del Hospital Regional Coyhaique (HRC) para poder ser puente con la comunidad y contribuir así con una experiencia positiva de las usuarias y sus familias en los procesos de gestación, nacimiento, puerperio, aborto y duelo.
En nuestro objetivo de ayudar hemos tenido buenas experiencias y sumado muchas voluntades, pero emerge con fuerza la necesidad de poder levantar datos y cifras que puedan orientar acciones más eficaces y que resuelvan un sentir colectivo que ronda por los aires pero que no cuenta con un soporte cuantificable.
En la reunión de agosto del Consejo de Desarrollo Hospitalario, la encargada de la OIRS del HRC nos indicó que las cifras de este tipo de reclamos son bajísimas: entre el año 2023 y el 2024 solo se han ingresado 4 escritos formales por "trato". Esto, lejos de dejarnos tranquilas levanta varias interrogantes: ¿es posible que la comunidad desconozca la existencia de este tipo de violencia? ¿Será que la existencia de este tipo de violencia en la región es baja? ¿Será que las mujeres no denuncian? ¿Será que no se hace uso de este sistema formal de reclamos? ¿Cómo lograr contar con estadísticas claras que nos permitan delinear acciones pertinentes?
Interrogantes que nos dejan en una encrucijada y que también nos plantea un desafío, se hace necesario aunar fuerzas y buscar instancias de recolección de datos para que así, nuestro Hospital Regional Coyhaique, único centro asistencial donde se atienden partos en este extenso territorio, pueda seguir mejorando sus prácticas y dando respuestas a las necesidades de las usuarias y sus familias.
Sabemos que los esfuerzos del HRC hace ya unos años están puestos en cumplir con las recomendaciones entregadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre experiencias positivas de parto. Es por eso que, como ONG, hemos decidido fortalecer esta alianza y colaborar para que estos objetivos se cumplan.
Tenemos conciencia del trabajo que se ha realizado, la calidad humana de algunos profesionales y asistentes que trabajan al interior de este recinto hospitalario que persiguen nuestros mismos propósitos: mejorar las experiencias de las usuarias y sus familias, poner al centro a la mujer, reconocerla como sujeto de derecho y con plena autonomía en la toma de decisiones informadas a la luz de la evidencia científica. Sin embargo, todavía tenemos harto en que avanzar aún y ahí están puestos nuestros esfuerzos.
Sabemos también que la violencia gineco obstétrica existe desde los albores de la ginecología moderna y que, si bien