La misión fundamental de las Oficinas de Análisis Criminal (OFAN) es contribuir a la investigación profesional de los delitos, mediante la integración de información, generación de productos analíticos y estrategias derivados de éstos, ello con la finalidad de fortalecer la persecución penal, dando respuesta a los escenarios y desafíos actuales que plantea el fenómeno criminal.
En el ámbito del Análisis Criminal, los fenómenos delictuales se definen como estructuras de comportamiento criminal-delictual que no sólo están presentes en hechos particulares, sino que también se manifiestan mediante la repetición sistemática de patrones a lo largo del tiempo. Estos fenómenos responden a dinámicas específicas que permiten identificar, estudiar y comprender cómo interactúan los diversos elementos de la criminalidad. Al analizar estos fenómenos, es posible observar distintos modelos que organizan la actividad delictual, tales como el Mercado Delictual, los Patrones y el Modus Operandi.
El concepto de "Fenómeno Criminal" cobra relevancia como una herramienta clave para la Policía de Investigaciones y su funcionalidad como ente investigador, ya que permite agrupar y analizar hechos delictivos con características comunes, ofreciendo una visión integral del comportamiento delictual. Esto facilita no sólo la identificación de patrones, sino también la predicción de comportamientos futuros y el desarrollo de estrategias más eficientes en el desarrollo y planificación de diligencias policiales.
En la Región de Aysén, caracterizada por su geografía particular, los fenómenos delictuales han comenzado a reflejar una mayor incidencia de delitos económicos. Estos se vinculan con factores locales como la expansión digital, el crecimiento del comercio y un aumento de las actividades económicas, lo que conlleva actividades tanto formales como informales.
El estudio de estos, a nivel regional, permite entender mejor las dinámicas que los impulsan, ofreciendo una base sólida para la implementación de políticas y estrategias eficientes en materia de investigación de los delitos.
El análisis de los delitos económicos en la región de Aysén revela tendencias y patrones que merecen atención. En primer lugar, y con mayor presencia, es el de falsos ofrecimientos. Este tipo de delito se caracteriza por la presentación de productos o servicios inexistentes, engañando a las víctimas para que realicen pagos anticipados. La magnitud de éste sugiere que los imputados están aprovechando la confianza de la población en las transacciones comerciales electrónicas, especialmente, en un contexto donde el comercio en línea ha crecido de manera significativa.
Por otro lado, el que ha experimentado el mayor aumento es el falso ejecutivo. Este incremento puede deberse a la sofisticación de las técnicas utilizadas por los estafadores, quienes se hacen pasar por representantes de entidades bancarias y/o empresas con el fin de obtener información personal para llevar a cabo acciones fraudulentas.
No podemos dejar fuera a la estafa telefónica. Este fenómeno implica el uso de llamadas telefónicas y mensajerías para engañar a las personas, obteniendo dinero o información personal privada a fin de lograr compensación económica fraudulenta. Esto refleja eficacia de los métodos delictivos en contexto de uso de elementos digitales.
Finalmente, es fundamental que los habitantes de la región tomen conciencia de las modalidades empleadas por los delincuentes y comprendan los riesgos asociados al someterse a transacciones comerciales informales, especialmente en el contexto digital. Al estar más conscientes de los peligros y reconocer los patrones delictivos, los ciudadanos de todas las comunas estarán mejor advertidos para evitar convertirse en víctimas. Es por esto, que iniciamos junto a la Brigada Investigadora de Delitos Económicos Coyhaique una campaña que tiene como finalidad educar a la ciudadanía sobre estos tres principales modos de operar, difundiendo información en los medios de comunicación locales y nuestras redes sociales para evitar que las personas caigan en estafas.