Editorial, Redacción Nuestra democracia es dinámica y en los últimos años la alternancia en el poder ha sido una constante, un hecho que demuestra que los vínculos de fidelidad de los electores no son muy contundentes, y la historia nos muestra que desde 1990 a la fecha han transitado gobernantes de derecha, de centro y de izquierda, y no se puede concluir convincentemente en qué sector del abanico político se sienten más cómodos los chilenos y chilenas y las personas extranjeras con derecho a voto.
Así de dispersa está la cosa política, y en las elecciones de este domingo todo puede pasar, porque por cierto que "el voto por la persona", ese más transversal y emocional, y no tan racional, sigue siendo un tema indescifrable para los analistas políticos, pero muy relevante para los electores-
Porque los votantes notar las diferencias y saben que las cualidades y capacidades personales son un factor relevante al momento de marcar sus preferencias. De todos modos, es necesario señalar que desde 1990 a la fecha, todos los gobiernos han dejado huella, más o menos perceptibles, pero han logrado dejar un sello y desde ahí, legitimar su respectiva gestión. Pero, en definitiva, en cualquier democracia, el control ciudadano es una herramienta infalible para poder vigilar que las medidas y políticas que los gobiernos impulsan, se cumplan y generen los efectos que la ciudadanía demanda.
Por tanto, la decisión que cada elector adopte este domingo impone un desafío tremendo para los nuevos parlamentarios y para quienes pasarán a la segunda vuelta presidencial.
Aysén es una región compleja y hay expertos en desarrollo de territorios extremos que abogan por medidas y acciones más efectivas y concretas, otros por mejorar las distintas políticas públicas que se focalizan en esta zona, pero la inquietud más permanente y transversal, compartida unánimemente, es solicitar al gobierno que asuma y al Poder Legislativo, políticas de Estado con sello regional, más robustas y permanentes.
Sabemos que todo gobierno desea y promete establecer nuevas políticas para la descentralización administrativa del país, pero el propósito siempre es más pequeño que el anhelo regional.




















