Una nueva manera de comprender las ciencias ofreció el proyecto 8% FNDR, Aonikenk: Talleres entre Artes y Ciencias. La iniciativa desarrollada por Boreal ONG y financiada por Gobierno Regional de Aysén 2024, promovió una reinterpretación del conocimiento científico a estudiantes de la escuela básica Aonikenk. Así, la imponente geografía de Puerto Ibáñez, fue central en una aproximación que propuso las artes como el nuevo canal para comprender la evolución del planeta.
Puerto Ibáñez es un territorio que invita al reconocimiento tanto de geositios como de vistas panorámicas que relevan paisajes únicos. Así, su patrimonio natural y cultural destaca como uno de los atractivos más potentes de su territorio. Sin ir más lejos, la presencia del Salto del Río Ibáñez, sepulturas indígenas como Los Chenques de Puerto Ibáñez, el descubrimiento de las vértebras del Plesiosauro, y hallazgos de arte rupestre, son elementos presentes en el relato de esta localidad y que, a través del proyecto Aonikenk: Talleres entre Artes y Ciencia, pudieron apreciarse con mayor claridad.
Repensar como entendemos el territorio
La necesidad por comprender y acercar el patrimonio a la comunidad, es parte de la motivación de Boreal ONG, organización responsable de este proyecto. Así lo establece Ricardo Ormeño, presidente de su directorio; agrega que, "Aonikenk: Talleres entre Artes y Ciencias" se gestó en conjunto con la artista local Leyla Sánchez. Y consistió en tomar y dar forma a las ideas e intereses del Centro General de Padres de la Escuela Aonikenk, quienes buscaban entregar experiencias educacionales desde otro punto de vista, donde se destacara la importancia y el valor de nuestra localidad" asegura Ormeño.
De esta manera, este proyecto nace desde una mirada que valida la apropiación del patrimonio local desde el arte. En concreto se desarrolló en cuatro meses, periodo en que se realizaron cuatro módulos teóricos de aprendizaje, instancias que dieron espacio para comprender las ciencias desde una arista más técnica.
Estos procesos que contaron con la participación del Museo Regional de Aysén y el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia, o mejor conocido como CIEP, decantaron en un módulo de arte paralelo, a cargo de Leyla Sánchez, el que permitió la experimentación visual a partir del uso de pigmentos, plantas y rocas, vinculados a esos patrimonios; y que el próximo 21 de noviembre será difundido en el lanzamiento de las obras artísticas.
De esta manera, la iniciativa nació como una necesidad reconocida por actores del territorio. Y es que la urgencia de tener una devolución concreta de las investigaciones realizadas por distintas instituciones, y el requerimiento de poder comprender y dar respuesta al sentido de identidad y pertenencia del patrimonio local, fueron razones suficientes para dar comienzo a esta iniciativa única.
A esto se suma la importancia de potenciar espacios de educación, que respondan a los actuales desafíos y requerimientos de nuevos públicos. Con ello, la iniciativa contó con la participación de estudiantes desde cuarto básico, quienes protagonizaron una instancia educacional que también invitó a profesores y apoderados, generando un proceso horizontal e innovador.
Así, lo establece Carolina Pabst, jefa de UTP del establecimiento educacional mencionado, sugiriendo que "la experiencia de poner en valor el territorio a través de su relación con las ciencias y el arte, ha sido una oportunidad de aprendizaje de mucha relevancia para la comunidad educativa, dado que ha permitido revelar el patrimonio de Puerto Ibáñez y posicionarlo como una fuente de conocimiento en sí mismo, uniendo saberes formales e informales de manera significativa" asegura la docente.
Y es que, a pesar de ser un proceso condensado, los resultados han sido significativos para los participantes, ya que tanto las instituciones y los expertos en las temáticas tratadas, junto con la posibilidad de descubrir este patrimonio desde la libertad del arte, promovieron constancia, curiosidad expansiva y la necesidad de conservar y difundir los bienes, en los beneficiarios.
Ricardo Ormeño agrega que "consideramos que las escuelas, Aonikenk en este caso, son la base para la generación de cambios que se puedan realizar a futuro. Esto es debido a que en ella se están formando las futuras generaciones y por tanto consideramos que, si logramos sembrar la semilla de la curiosidad con las actividades que estamos realizando, estaremos más cerca de construir una sociedad más consciente de su entorno y de su propia identidad como agentes generadores de cambios." concluye.
Divulgación científica: una necesidad para las comunidades
Durante los cuatro meses de ejecución, la iniciativa contó con el respaldo del Museo Regional de Aysén y del CIEP. Y es que estos agentes regionales representan espacios de apropiación e interpretación de los patrimonios. De esta manera, los dos primeros módulos del proyecto consistieron en conocer conceptos básicos de la paleontología y la geología de Puerto Ibáñez, contenidos que despertaron curiosidad e ideas en sus participantes. Así, como en un viaje a la prehistoria, se reconocieron fósiles, rocas y el poder creador que pueden tener los pigmentos presentes en las arcillas que colorean el Salto del Río Ibáñez.
"Creemos firmemente en la importancia de apoyar y participar en procesos liderados por organizaciones que promueven espacios de educación para destacar el patrimonio de nuestros territorios. Queremos que, desde estos espacios, los niños y niñas se conviertan en agentes de protección y puedan relacionarse con la ciencia desde una perspectiva creativa" asegura Gustavo Saldivia, director del Museo Regional de Aysén.
Algo similar asegura Brian Reid, subdirector científico del CIEP, quien, en consecuencia de su participación en el proyecto, señala que "arte y ciencia, son complementarios", debido a que la expresión artística representa un buen canal para comunicar en palabras simples el conocimiento científico. El CIEP estuvo a cargo de desarrollar los módulos de arqueología y etnobotánica.
Creando una obra con identidad local
Belén Torres, es una de las participantes de este proyecto. Con sólo 10 años, la alumna de la escuela Aonikenk, asegura haber disfrutado de un proceso de aprendizaje único y motivante para reconocer el patrimonio de Puerto Ibáñez. En ese sentido, enfatiza la relevancia de un espacio necesario para apropiarse del conocimiento científico de su territorio.
"Me pareció una experiencia única porque arqueología, geología y todos los temas que hablamos en los talleres, no son algo que se vea todos los días, y no es que todos los niños conozcan" asegura reiterando la importancia que generan estos procesos.
En cada módulo, los monitores llevaron muestras reales del patrimonio geológico o cultural, aspecto significativo para participantes como Belén, quien destaca la posibilidad de haber conocido y tocado obras únicas de estos patrimonios.
En ese sentido, la ejecución de estos talleres fue un proceso que permitió el desarrollo de un aprendizaje experimental, el que podrá ser apreciado el próximo 21 de noviembre con una muestra de las obras colectivas que realizaron sus participantes. Estas creaciones fueron desarrolladas a partir de las técnicas aprendidas durante el módulo de Leyla Sánchez, instancia en que recolectaron tierras y rocas que mojaron hasta obtener una paleta con los colores propios de Puerto Ibáñez.
Su inauguración se realizará el próximo 21 de noviembre a las 10:30 horas en las dependencias de la escuela Aonikenk. Están todos invitados a conocer esta increíble reinterpretación del patrimonio de Puerto Ibáñez.
Francisca González - Periodista
Rocío Miranda - Fotógrafa
Proyecto Geoparque Chelenko ? Fotografías de cortesía