No se debe perder de vista que la gente se pregunta a diario cómo lograr un mayor nivel de desarrollo en esta región apartada y en evidente rezago respecto al resto del país. Una inquietud que lleva años planteándose desde la ciudadanía y que puede tener muchas respuestas, dependiendo del enfoque que se le dé. 

Por eso es importante la comunicación, la que se contrata y también la que se obtiene en el reporteo que hacen los medios de comunicación, donde cada uno tiene sus agendas, y se abordan las temáticas que la comunidad plantea. La opinión mayoritaria de las personas es que en Aysén falta mucho por hacer en aspectos estratégicos como conectividad, turismo, empleo y fomento productivo en general. Se trata entonces de un desafío tremendo que los últimos gobiernos no han podido resolver, ya que solo se han implementado soluciones parciales. 

Siempre hemos sostenido que es sumamente relevante que la gestión del gobierno esté en permanente evaluación por parte de la ciudadanía, y es bueno que así también lo entienda la administración de turno, que siempre está sujeta al escrutinio popular, algo que por cierto le hace muy bien a nuestra democracia.

Pero al Ejecutivo parece no importarle mucho el poder contar oportuna y claramente las cosas relevantes de su gestión, y salvo profusa información en redes sociales, en los medios de comunicación poco se advierte el sello comunicacional gubernamental, salvo uno que otro programa contratado donde solo se informa lo bueno, pero poco se dice de lo que demanda la comunidad. 

Y esto debe ser parte de la estrategia oficialista para masificar sus hitos, y se respeta, pero creemos que este ni ningún gobierno debe descuidar la comunicación tradicional, esa que es más que un video de un minuto una foto con su respectiva lectura. Sabido es que existen en la zona numerosas demandas no resueltas que siguen generando una sensación de insatisfacción, de abandono. Por ello se hace tremendamente necesario sumar voluntades y planificar con consenso y seriedad, una propuesta amplia e integradora, y poniendo en valor la unidad regional como uno de los pilares fundamentales para alcanzar las metas que tanto anhelamos. 

Sabemos que todo gobierno desea y promete establecer nuevas políticas para la descentralización administrativa del país, pero el propósito siempre es más pequeño que el anhelo regional. Esta administración debe asumir y reconocer que Aysén necesita mucho más que eso para poder desarrollarse al menos en igualdad de condiciones con otros territorios. Incluso más que un plan de zonas extremas.