Ha sido muy bien escogido el nombre del programa de difusión del Gobierno denominado Que se Sepa, porque sin duda apunta en la dirección correcta; mostrarle a la ciudadanía los avances que se han concretado en diversos ámbitos.

El debate surge cuando se trata de analizar el impacto, la llegada de ese espacio informativo gubernamental, donde, a nuestro juicio, no existen estimaciones ni mediciones objetivas que permitan evaluar su efectividad. Las redes sociales han demostrado tener una serie de deficiencias al momento de evaluar su eficiencia en la transmisión de determinados mensajes y la prueba más categórica la experimentó recientemente Andrea Macías, tras perder abultadamente la gobernación regional.

Pero el presente nos invita a dar nuevas miradas a esto tan fundamental para cualquier Gobierno; la comunicación. Si hoy se hiciera una encuesta a nivel regional, podríamos constatar que las demandas más sentidas de la comunidad generan un transversal consenso; por lo que el gran desafío para el Ejecutivo es comenzar a mostrar avances y no solamente apelar a bonitos discursos.

Y desde esa máxima, la comunicación, la buena comunicación, cobra un rol preponderante, pero lamentablemente, seguimos siendo testigos de una política informativa muy improvisada, poco estructurada, y donde los medios tradicionales al parecer no son prioritarios. 

Por eso es necesario refundar la política comunicación del Gobierno en el territorio regional, porque definitivamente, no está dando buenos resultados y los ciudadanos/as no advierten las diferencias, los avances, por lo que Que se Sepa, no pasa de ser un bonito slogan.

Siempre, con certezas, optimismo y metas claras, es posible avanzar y encontrar ese justo equilibrio que se genera en toda sociedad democrática, que aspira a mejores condiciones de vida, a un mejor índice de desarrollo humano, equitativo, solidario e integrador y en ello la comunicación también juega un rol relevante.

La comunidad anhela que comiencen a advertirse cada vez más señales positivas, que el ámbito económico y productivo inicie un proceso de mejora constante y así se pongan en marcha nuevos proyectos, nuevas ideas, nuevos emprendimientos, y se genere en Aysén un clima de optimismo que tenga un correlato en todos los rincones del territorio.

Por ello es que, las expectativas puestas en una auténtica reactivación y en un efecto multiplicador que permita generar empleos y dinamizar la economía, siguen muy vigentes. Aspiraciones que por cierto no tienen sesgo ideológico, sino que simplemente representan la esencia más pura del sentido común y de los legítimos anhelos de cualquier ciudadano y ciudadana de este país.