Es difícil escribir en estos tiempos, donde la imagen y el sonido superan es su efecto a las aparentes simples letras, la audiencia se acostumbró a lo instantáneo, a tener cualquier tipo de información mediante un simple toque de la pantalla con el dedo índice, ya al parecer no son atrayentes los grandes textos para las nuevas generaciones ni menos las opiniones muy profundas, por otro lado, están ocurriendo tantos hechos de todo tipo al mismo tiempo en nuestro planeta, de alta relevancia y connotación pública, que acotar o referirse a una temática especifica, muy particular, se ve a veces sin sentido.
Por lo mismo que referíamos en una columna anterior, el alto numero de horas que pasa la población en general y las nuevas generaciones pendientes de una pantalla de un aparato tecnológico, ha traído como consecuencia que ya los jóvenes y adolescentes prácticamente no lean libros y tampoco esta generalizada la practica de escribir.
Solo se lee y escribe lo que es estrictamente obligatorio, producto de esto cada vez se utilizan menos palabras en nuestro lenguaje diario, incrementado por las relaciones virtuales que se realizan mediante las redes sociales, donde las personas se comunican preferentemente con monosílabos, palabras abreviadas y signos, reduciendo de sobre manera la cantidad de palabras, conceptos, verbos y adjetivos utilizados, limitando en estricto rigor nuestra capacidad intelectual.
Antes, en el siglo pasado, había libros que se llamaban "Diccionarios", que eran utilizados frecuentemente y siempre había que tener uno cerca, para así aprender el significado de todas las palabras y a la vez ir aprendiendo cada día nuevas palabras y nuevos conceptos. La definición, sacada de internet por supuesto, es: "Libro en el que se recogen y explican de forma ordenada voces de una o más lenguas, de una ciencia o de una materia determinada". Hoy en día prácticamente ya no se utilizan, fueron reemplazados por Google.
Muchas veces no sabemos realmente lo que significa cada palabra, las utilizamos erróneamente, si buscamos su real significado nos damos cuenta de que hemos utilizado palabras de mala manera por mucho tiempo. Nos cuesta leer grandes textos, estamos acostumbrados a leer títulos y titulares y no continuamos la lectura de grandes párrafos, con demasiados caracteres, como esta misma columna, felicitaciones si ya ha podido llegar hasta este punto. La gran masa no lee ni los correos electrónicos en su totalidad, es por eso por lo que cuesta cada vez más que nos comuniquemos hoy en día y logremos ponernos de acuerdo.
En tiempos antiguos las personas leían todos los días el diario, físico, en papel, lo leían completo, a propósito, cuanta falta hace un diario en papel en nuestra región, además el papel se reutilizaba en múltiples funciones, se hacían muchos crucigramas, palabras cruzadas, puzles y otros y se ejercitaba y se agregaban constantemente nuevas palabras al lenguaje diario. Hoy en día las personas ni siquiera comprenden lo que leen, lo dice la evidencia, la compresión de lectura es una de las principales brechas de nuestra sociedad actual.
El lenguaje es el que crea y construye las realidades, dicen los expertos, si efectivamente es así, estamos medio perdidos entonces, con el lenguaje actual de nuestra dulce y lábil sociedad, ¿Qué futuro nos espera?