Sr. director.
Me dirijo a Usted, en referencia a la columna de opinión del Sr. Patricio Segura, titulada “¿es responsable sentir orgullo por exportar una fuente de vida como el pompón?”, publicada por diario El Divisadero martes 13 de abril, en la que el periodista se refiere a una nota del Instituto Forestal – INFOR, publicada en la edición del día domingo 11 de abril. Dicha publicación daba cuenta de las cifras de exportaciones chilenas, del año 2020, de una serie de productos forestales no madereros (PFNM). Al respecto, deseamos expresar lo siguiente:
En la referida publicación se buscaba dar a conocer el comportamiento de las exportaciones de los productos forestales no madereros, entre ellos el musgo Sphagnum o pompón, que realiza nuestro país. Esto forma parte del quehacer del INFOR: generar información (bienes públicos), interpretar y analizar el comportamiento presente y futuro de los aspectos económicos asociados a la actividad forestal de Chile, con el objeto de facilitar la toma de decisiones de los actores públicos y privados, y la formulación de las políticas públicas. No tiene un sentido calificativo o valórico, por lo que en ningún caso se le puede atribuir intentar transmitir un sentimiento de orgullo (o de cualquier otro tipo) a dicha información.
Si bien la nota publicada por INFOR, incluía a todos los PFNM exportados, creemos necesario informar que el musgo Sphagnum magellanicum, es un recurso natural renovable que se utiliza mundialmente en el sector silvoagropecuario, el cual, una vez extraído, es deshidratado, prensado y puede ser utilizado en distintos usos, como sustrato natural para la germinación de semillas, injertos de plantas, trasplantes, almácigos y enmienda de suelos. Mejora la capacidad de retención de agua, mantención de la humedad e inhibición del crecimiento de bacterias y hongos, utilizándose, además, como material de embalaje, transporte de bulbos y flores, así como para el establecimiento de frutales menores y especies forestales, entre muchos otros usos productivos. Además, últimamente, en nuestro país, es objeto de investigación para su uso contra el cáncer de mama.
En Chile, la cosecha del musgo Sphagnum o pompón, se había realizado por décadas sin que existiera una normativa que regulara los impactos generados por su extracción. En el año 2017, el Ministerio de Agricultura establece una normativa a través del Decreto Supremo N°25, el cual dispone de medidas de protección para la especie pompón. Desde agosto del 2019, el DS N°25 se encuentra en plena vigencia. Este obliga a que el dueño del predio, el recolector o la persona autorizada para realizar la extracción del musgo, deberá aprobar un curso de prácticas sustentables de recolección, elaboración de plan de cosecha el cual debe ser aprobado por el SAG, organismo encargado de fiscalizar que se cumplan los criterios técnicos y ambientales que se indican el DS N° 25. En Aysén, se ha capacitado y certificado a 112 personas sobre las normativas y buenas prácticas en la cosecha del musgo. Cabe mencionar que este decreto, obliga en su articulado a una serie de aspectos, como que el 30% del área a intervenir, de acuerdo al plan de cosecha, debe permanecer sin cosechar. Además, que el área donde crece el musgo no debe ser drenada ni compactada. También, se señala que las disposiciones del DS deberán ser revisadas cada 5 años, según criterios de eficacia y de eficiencia en su aplicación, debiendo considerar los cambios de condiciones ambientales y los resultados de las investigaciones científicas sobre la materia, para asegurar el uso sustentable del recurso.
Es conocido que las turberas (ambiente de donde se extrae este musgo), son ecosistemas de gran importancia para el almacenamiento de agua, la captura de carbono y la biodiversidad, por lo que contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático. Por lo anterior, es de suma importancia realizar estudios que aseguren la sustentabilidad de estos ecosistemas. En Aysén y Magallanes el Instituto de Investigaciones Agropecuarias – INIA, ha realizado una serie de investigaciones orientados a caracterizar las turberas. En la actualidad INIA está ejecutando un proyecto FIC financiado por el Gobierno Regional de Aysén, que busca conocer entre otras cosas las tasas de crecimiento, cosecha sustentable, restauración del pomponal y un modelo de gestión de educación ambiental para la comunidad. El INFOR a través de su sede Patagonia, están postulando una iniciativa innovadora para cultivar artificialmente el musgo Sphagnum a escala piloto, en algunas zonas de nuestra región. Por su parte el SAG - cuyo objetivo es velar por la Protección de los Recursos Naturales Renovables del país, desde la aplicación del DS – en Aysén ha aprobado Planes de Cosecha por una superficie de 364,13 hectáreas y en sus fiscalizaciones ha aplicado, 1 Acta de Denuncia y Citación y la retención temporal de 700 sacos de pompón.
Como se puede observar en sus distintos ámbitos de acción, las instituciones del Ministerio de Agricultura están preocupadas en abordar el tema Sphagnum en la región de Aysén. Es el Seremi de dicha cartera quien preside la Mesa regional de PFNM, la que, desde su creación, tiene como misión posicionar el rubro de los PFNM como una actividad productiva sustentable, de alto valor social, ambiental, económico y cultural. Bajo el amparo de esta Mesa se creó la comisión o sub mesa Sphagnum que reúne a entidades que abordan en específico todas las temáticas relacionadas al musgo.
No podemos desconocer que la recolección de PFNM en la región de Aysén es una actividad fuertemente arraigada en las localidades rurales y, si bien se realiza en forma artesanal por las recolectoras, posee relevantes implicancias económicas para las familias, percibiendo producto de actividades ligadas a la recolección más del 20% de sus ingresos familiares, pudiendo llegar en épocas del año a alcanzar incluso el 100% de sus ingresos. Se caracteriza por una marcada participación femenina (mayor al 85%), mientras los hombres se dedican a labores tradicionales como la ganadería y la producción de leña.
Las personas que habitan el territorio rural se encuentran constantemente enfrentadas al desafío de lograr subsistir económicamente, por lo que basan sus economías en lo que el paisaje les pueda entregar a través de múltiples actividades productivas. En este contexto, las comunidades rurales han ido especializando sus rubros, en base a los recursos disponibles. En el Ministerio de Agricultura, estamos por generar crecimiento y diversificación productiva que asegure la permanencia de las personas y de los recursos naturales del territorio. En Aysén, hay un espacio de grandes oportunidades en la recolección, agregación de valor y comercialización de una gran variedad de PFNM, los cuales deben ser recolectados con criterio de sustentabilidad y eso, en toda oportunidad, se les transmite a los recolectores y recolectoras de Aysén.
Iván Moya Navarro, Gerente Sede Patagonia, Instituto Forestal – INFOR