Redacción, Diario El Divisadero
Hasta Belém do Pará llegó una delegación de organizaciones de Aysén y Santiago para exponer sobre alternativas insustentables a la crisis climática que, desde el sector corporativo y el Estado de Chile, se impulsan en Chile y en la Patagonia.
Las presentaciones, bajo el título "Falsas soluciones a la crisis climática en la Patagonia: La nueva cara del extractivismo", se realizaron en el marco de la COP30 desarrollada en Brasil del 10 a 21 de noviembre, específicamente el Amazon Climate Hub, espacio que la organización brasileña Arayara dispuso para la realización de conversatorios relacionados con la cumbre mundial.
"Desvestir un santo para vestir a otro"
El coordinador del Programa de Transición Energética Justa y Descarbonización de Chile Sustentable, Gonzalo Melej, explicó cómo han llevado adelante el gobierno de Gabriel Boric y las empresas eléctricas la transición energética, a propósito del plan de cierre de centrales termoeléctricas y la Estrategia Nacional de Transición Socioecológica Justa.
Advirtió que en el contexto del cronograma de cierre de centrales térmicas se ha propuesto la alternativa de conversión a unidades de co-combustión con carbón y amoniaco verde. Esto, contrario a terminar con el uso de carbón para la generación eléctrica, perpetúa su utilización, emisión de contaminantes locales y daños sobre la salud pública. Alertó, además, sobre el impulso a gran escala del hidrógeno industrial, mal llamado verde, que se fomenta con bajos estándares ambientales y sociales, y con carencia de normativa de desalación, electrólisis u ordenamiento territorial.
"Tenemos algunas claras falencias, principalmente en participación ciudadana, donde el proceso de descarbonización está siendo llevado adelante sin gobernanza, sobre todo a nivel local donde operaron estas centrales. Las medidas que se están implementando, por ejemplo de reconversión de algunas centrales o puestos de trabajo, no están siendo muy transparentes ni muy participativas".
Agregó Melej que "otro aspecto negativo es que no se están implementando medidas de restauración ambiental. Las centrales están cerrando sin hacerse cargo de todos los daños históricos que causaron en los territorios. En zonas como Tocopilla uno puede ir a la comuna y todavía se encuentra con que está la infraestructura de generación, los depósitos de ceniza en la ciudad o los ductos de enfriamiento. Hay una clara falencia en términos de remediación ambiental".
Patricio Segura, director de la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén (Codesa), en tanto, apuntó a las propuestas de mitigación tanto del Estado como de ciertas empresas. Apuntó a las energías renovables, que no se hacen cargo de las escala o la localización, impactan biodiversidad de alto valor ecosistémico e incluso entorpecen el abastecimiento de agua de comunidades, sus actividades agrícolas, y los atractivos turísticos y paisajísticos de los territorios.
Aludió también a la plantación de especies exóticas con fines de captura de carbono, que incluso Chile permite en su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) actualizada al 2025. "Un ejemplo es la viña Miguel Torres, que tiene producción de vino en muchas partes del mundo y genera gases de efecto invernadero (GEI). Su idea es plantar miles de hectáreas de pino en la estepa patagónica de Aysén", explicó.
Aclaró que, según han expuesto investigadores, tal acción tiene dos problemas de base. "El pino es una especie exótica, del hemisferio norte. Igual que los salmones. Por ello atenta contra la regeneración de la naturaleza". Y lo segundo es que la estepa patagónica no es un medio boscoso. "Por mucho que capturen gases de efecto invernadero, no es una buena alternativa destruir ecosistemas con características particulares. Ahora nos tratan de convencer con monocultivos para emitir menos CO2, pero transformando ecosistemas que tienen sus especificidades, lo que conlleva cambios a nivel local de pérdida de biodiversidad".
El presidente de Codesa, Erwin Sandoval, por su parte, se refirió a tres ámbitos que, a nombre de la adaptación, están afectando la resiliencia de quienes habitan en los territorios, principalmente rurales. Uno de ellos son los monocultivos, como los de frutales, que se plantean como apuesta ante el aumento de la temperatura, sin embargo se impulsan con las mismas prácticas que son parte del problema: uso de fertilizantes químicos, herbicidas y plaguicidas que destruyen el suelo.
Agregó la extracción del Sphagnum magellanicum (pompón) que la agricultura intensiva utiliza como sustrato de crecimiento de las plantas pero que afectan los ecosistemas de donde es extraída, aumenta su vulnerabilidad a inundaciones y afecta su capacidad de provisión de agua. Esto, además de disminuir su cualidad metanótrofa, ya que bacterias presentes en este musgo consumen el metano (un potente GEI) que genera la turba que está en el sustrato.
También se refirió a la industria del salmón. "Queremosexponer acá otro tema, al ser Brasil uno de los más importantes importadores de salmón chileno. El salmón lo plantean como solución de adaptación a la crisis climática que acidifica los océanos, haciendo perder biodiversidad y pesquerías asociadas. Dicen, nosotros con esta industria vamos a ser el principal proveedor de proteínas saludables en el mundo. En el fondo, adaptación", detalló.
El problema, explicó, es que la actividad "se está desarrollando con una inmensa degradación ambiental en nuestra región, al interior de parques y reservas nacionales. En Aysén existe la Reserva Nacional Las Guaitecas, creada en 1938, muy rica en biodiversidad. Sólo en el interior de esta área están autorizadas actualmente más de 300 concesiones para el cultivo industrial del salmón. Un cultivo que además se extiende con grave afectación a los derechos humanos, principalmente de pueblos indígenas. Es importante que los países importadores de estos productos exijan mayores estándares ambientales y de Derechos Humanos, mucho más cuando impactan gravemente áreas protegidas y territorio indígena".
Esta presentación se sumó al diálogo que sostuvieran los dirigentes con Macaé Evaristo, ministra de Derechos Humanos y Ciudadanía de Brasil, durante la cual le entregaron el catastro de concesiones salmoneras en áreas protegidas de la Patagonia y se le informó sobre la ofensiva de la industria para desmantelar leyes pro derechos indígenas y ambientales en Chile, entre ellas la Ley Lafkenche y la que creó el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. Brasil.
En la COP30 se profundizó el debate sobre las "falsas soluciones" a la crisis climática que se proponen desde los Estados y las grandes empresas como alternativas de adaptación y mitigación, que reproducen el modelo que ha generado la crisis ecosistémica global. Múltiples eventos paralelos, actividades y reuniones abordaron esta discusión, principalmente de parte de los afectados por las "opciones verdes" que se plantean desde el mundo corporativo.




















