La Comunidad de Aguas Canal Chile Chico se encuentra enfrentado nuevos y exigentes desafíos, siendo uno de los prioritarios, volver a convocar a los comuneros y comuneras para trabajar asociativamente y con nuevos ímpetus, para alcanzar las metas que se han trazado como organización.
Presidida por Andrea Berrocal y acompañada en la mesa directiva por Oscar Saldía, secretario, Andrea Carrasco, tesorera, y los directores Tomás Herrera, César Triviño, Verónica Raty, Katherine Barcia y Juvenal Reyes, la comunidad acaba de recuperar la sede institucional, la que esperan mejorar y transformar en un lugar de encuentro para todos los asociados.
En conversación con nuestro diario, Andrea Berrocal abordó diversos temas relacionados con esta organización que se conformó, según registros históricos, a partir de la Asociación de Canalistas de Chile Chico, el año 1947, para constituirse en Comunidad de Aguas Canal Chile Chico el año 1992 y con el paso del tiempo ha ido integrando nuevos usuarios y avanzando en el manejo del recurso hídrico con fines productivos, para saneamiento y consumo humano y animal.
¿Qué aspectos relevantes destacas como prioridades de esta nueva directiva?
Como directiva nos hemos enfocado en aspectos cruciales para nuestra comunidad, abordando desde la distribución equitativa del recurso hídrico hasta la protección de nuestra infraestructura. Desde el inicio de nuestra gestión, nos hemos encontrado con desafíos significativos, pero hemos respondido con determinación y adaptabilidad.
Comprender las necesidades específicas de nuestros comuneros y sus familias fue esencial para establecer un conjunto interconectado de prioridades. Hemos trabajado arduamente para fortalecer nuestras relaciones con instituciones clave, entre ellas la Dirección General de Aguas a nivel Regional y Nacional, Gobierno Regional, Comisión Nacional de Riego, Indap, SAG y Ministerio Público, entre otras, buscando soluciones a través de asociaciones estratégicas y programas sostenibles a largo plazo.
La diversidad en nuestra directiva ha sido una gran ventaja, ya que cada director aporta conocimientos y experiencias desde diversos sectores productivos del valle. Esta variedad nos ha permitido abordar los desafíos desde múltiples perspectivas, asegurando una respuesta integral y sostenible para toda la comunidad a largo plazo.
La transparencia ha sido clave en nuestras acciones, garantizando que la comunidad esté informada sobre decisiones financieras y administrativas. Esto fomenta confianza, participación y una comunicación clara, deteniendo contundentemente cualquier acción ilegítima contra los derechos de agua de nuestros comuneros.
La protección de nuestra infraestructura de riego es esencial, ya que es vital para nuestra comunidad. Hemos defendido con firmeza nuestros derechos contra amenazas externas, asegurando la preservación de nuestros canales para el bienestar de nuestras familias y la sostenibilidad agrícola del valle.
En resumen, nuestra nueva directiva ha abordado con determinación una serie de desafíos, priorizando la protección de nuestros recursos, la transparencia en nuestra gestión y la colaboración con diversas instituciones para el beneficio de toda nuestra comunidad.
¿Recuperar la sede ha sido un hito importante para ustedes, por qué?
La sede representa el corazón que le dio ese primer impulso de vida a la Comunidad como organización, fue construida con las propias manos de dos de los primeros directores visionarios de aquel tiempo, el presidente Juan Valenzuela y el Comunero donante del terreno Joaquín Viegas. En ella se reunían los regantes a organizar las limpias de canales, planificar la distribución y construcción de los mismos y coordinar los aportes que cada uno estaba dispuesto a entregar para que el valle completo pudiera crecer, todo esto mientras se preparaba un cordero al palo y se cocinaban unas tortas fritas para acompañar los mates. En un periodo en el que no se disponía de equipos o tecnología que facilitara las labores y en el que cada metro de canal se hacía a pala o con bueyes.
En sí misma la sede guarda entre sus paredes una historia de esfuerzo y solidaridad entre regantes cuya consciencia plena estaba en que juntos concretarían sus sueños. Volver a este lugar inspira y recuerda que somos más que un grupo de regantes, somos una común-unidad.
¿El desarrollo de Chile Chico ha estado por años vinculado al rubro silvoagropecuario, como se inserta el crecimiento y proyección de la comunidad en ese desafío?
El agua de riego es esencial para el florecimiento de la agricultura, desde la más modesta huerta hasta los extensos campos de cerezos. El acceso al agua de calidad impulsa el crecimiento de proyectos agrícolas, generando empleo y contribuyendo al desarrollo económico de la comuna. Aquí se vuelve primordial la gestión administrativa de nuestra directiva, con un enfoque en el desarrollo de nuestra infraestructura de riego en son de conducir el agua hacia nuestros comuneros y garantizar el crecimiento agrícola de nuestra comuna.
Si bien, durante los últimos años la actividad agroproductiva de Chile Chico había disminuido puesto que la economía de la zona había migrado hacia la actividad minera, dejando de lado la agricultura. Sin embargo, el cierre de la minería perjudicó a muchas de nuestras familias obligándolas a retornar a la producción agrícola, en terrenos que habían dejado de ser utilizados para labranza y con un sistema de riego agonizando que no podía abastecer de agua a todo el valle debido a la poca mantención. Hoy las tierras productivas que permanecen están viviendo un nuevo apogeo, han vuelto hijos y nietos, así como han llegado nuevos vecinos, con una mirada mucho más sostenible, dispuestos a labrar la tierra y producir el alimento que se necesita. En esta línea, nuestra Comunidad de Aguas tiene el desafío de perfeccionar el sistema de riego y canales para poder abastecer nuevamente de agua a nuestro hermoso valle y apoyar activamente a nuestras familias en sus propios emprendimientos silvoagropecuarios.
Pero no somos los únicos con este desafío, otras instituciones nos acompañan como Indap, SAG y la AG. de Chacareros del lago General Carrera, juntos estamos enfocados en fomentar la producción de alimento de calidad no sólo para nuestra comunidad sino también para nuestra comuna y región.
Finalmente, como Directorio vemos el potencial productivo de nuestro valle en torno al agua, lo imaginamos con energías renovables, con el uso del recurso hídrico de forma sostenible y eficiente, y con un sello único que podría llegar a la mesa regional y nacional.
¿Qué proyectos tiene en mente como directiva para potenciar la comunidad de aguas?
Al conocer la realidad de cada regante, hemos detectado necesidades que deben ser abordadas de forma estratégica e integradora ya que están interrelacionadas. Por esta razón, hemos previsto varios proyectos que deben ser priorizados en un orden que optimice el uso de los recursos de la comunidad complementado por el apoyo institucional y la confianza que hemos logrado establecer en nuestro período como directores.
En lo práctico, estamos felices como directorio ya que es la primera vez en nuestra historia como Comunidad que nos adjudicamos dos proyectos de riego a través de la Comisión Nacional de Riego y que actualmente estamos ejecutando, los que mejorarán considerablemente la distribución de nuestros caudales, la calidad del agua y disminuirá la erosión que conllevaba a una pérdida de caudal en un sector crítico del sistema de riego que beneficia a toda nuestra comunidad. Estamos conscientes que estos proyectos han sido un desafío para todos nosotros ya que se ha tenido que interrumpir provisoriamente el flujo de agua en algunos sectores, esto ha afectado principalmente a ganaderos que han enfrentado esta situación con la convicción de que es por un bien mayor.
Este es el comienzo para mejorar nuestra infraestructura que tiene como desafío el abastecer de caudal a las familias del valle y en especial a aquellos puntos críticos que tenemos identificados con problemas de riego.
Por otro lado, en lo administrativo hemos levantado nuevamente la información sobre los registros de socios y dominios de agua, meses de trabajo en el conservador, lo que nos permitió reconectar con comuneros de los cuales no se tenía registro así como facilitar la labor del Catastro Público de Aguas, exigencia que debe ser abordada para el 2025 y que el presente directorio ha trabajado con seriedad y compromiso. Finalmente, lo más anhelado, es rehabilitar nuestra Sede, para que vuelva a ser ese lugar de encuentro donde podamos trabajar en conjunto hacia nuestras metas comunes como productores locales.
¿Hay alguna necesidad urgente que estén abordando en el ámbito de la formulación de proyectos?
Llevamos 1 año como directiva trabajando por cada uno de nuestros socios, sin distinción, y a pesar de que ha sido un año complejo hemos experimentado la satisfacción de haber sorteado cada uno de los obstáculos con firmeza, transparencia y compromiso. Sin embargo, contamos con una necesidad urgente que ya no está en nuestras manos poder resolverla, por lo que hemos golpeado muchas puertas, entre ellas al PDZE y CNR. Es urgente realizar un levantamiento de nuestro sistema de distribución de caudales, de principio a fin, de tal forma que tengamos identificados los puntos fuertes, débiles y críticos de nuestra infraestructura, los unifilares de distribución, compuertas, capacidades de porteo de caudales, de tal forma que podamos planificar la distribución de caudales actuales y posibles nuevas incorporaciones, así como las mejoras idóneas en cada punto para que cada intervención que se realice sea eficiente tanto en el uso del recurso hídrico como en los gastos de inversión de cada periodo, con ello crear un mapa de ruta que permita a cada directorio continuar efectivamente con el trabajo del directorio anterior.
¿Cómo has sentido la acogida de los comuneros y comuneras en esta nueva etapa de la comunidad y en los desafíos que se han trazado?
Ha sido dulce y agraz, como presidenta soy la cara visible de toda una organización, por lo que recibo directamente muestras de satisfacción, así como de frustración, lo que es propio de esta labor. Si bien, en ocasiones, me he sentido muy exigida debido a necesidades que durante años no habían sido abordadas, y en un contexto complejo donde al salir electos como nuevo directorio se nos negó arbitrariamente el acceso a la información por el directorio anterior, así como se nos negó también el uso de los recursos económicos reunidos de la comunidad; lo que dificultó enormemente el comienzo de nuestra administración, pero que supimos abordar estratégicamente de forma directa, honesta y transparente. Esto nos unió como comunidad y se generó de forma espontánea un grupo humano de contención y cooperación que no me esperaba. Siempre pensé que el hecho de ser mujer dificultaría aún más mi labor frente a este contexto más masculino, pero aún cuando inicialmente lo percibí de esta forma, posteriormente me di cuenta que lo que faltaba era comunicación, escucha activa hacia y desde los comuneros, así como información, lo que generó lazos de cooperación con y entre los comuneros.
¿Alguna reflexión que te gustaría compartir con la ciudadanía referida a la proyección de la comunidad de aguas y su importancia en el desarrollo de Chile Chico?
La reflexión que me gustaría compartir con la ciudadanía de Chile Chico sobre la proyección de la comunidad de aguas y su importancia en el desarrollo se enfoca en la colaboración y el compromiso. Es inspirador ver cómo la Comunidad de Aguas más antigua y grande de la región está acortando la brecha con otras comunidades al aplicar lo aprendido y trazar objetivos comunes. Este esfuerzo es fundamental, ya que el agua es un recurso vital para el desarrollo agrícola y económico de la región.
El enfoque en la distribución equitativa del recurso hídrico, la protección de la infraestructura y la colaboración con diversas instituciones son prioridades clave. La transparencia en la gestión y la participación activa de los comuneros son fundamentales para fortalecer la comunidad y garantizar un desarrollo sostenible a largo plazo.
Recuperar la sede representa más que un hito, es un símbolo de la unidad y la solidaridad entre los regantes. Es importante reconocer y valorar esta historia de esfuerzo y cooperación, recordando que juntos se pueden alcanzar grandes metas.
El crecimiento y proyección de la comunidad de aguas se inserta en el desafío de impulsar la actividad agropecuaria de Chile Chico. La gestión eficiente del agua es fundamental para el florecimiento de la agricultura y el desarrollo económico de la comuna. Es crucial perfeccionar el sistema de riego y apoyar a las familias en sus emprendimientos agrícolas para aprovechar el potencial productivo del valle y potenciar la soberanía alimentaria.
En cuanto a proyectos futuros, es vital priorizar la mejora de la infraestructura de riego y realizar un levantamiento completo del sistema de distribución de caudales. Esto permitirá planificar de manera eficiente las intervenciones necesarias para garantizar un uso óptimo del recurso hídrico y el desarrollo sostenible de la comunidad.
En esta nueva etapa, la acogida de los comuneros ha sido mixta, pero la colaboración y el compromiso han generado lazos de cooperación que son esenciales para enfrentar los desafíos. La comunicación abierta y la escucha activa son clave para fortalecer la comunidad y trabajar hacia un futuro próspero y sostenible para todos.