¿Cuál es el límite de la cobertura mediática de un caso penal? ¿Cómo distinguimos entre aquello de interés público y lo de interés privado? 

Lo cierto es que las respuestas no son simples ni aplicables a todo evento. Una causa de interés público en nuestra región ciertamente puede diferir mucho de, por ejemplo, una que sea así considerada en la región Metropolitana. 

La proximidad física o psicológica, la calidad de personaje público, lo inusual, lo que cause temor o impacto, son algunos de los criterios que convierten un hecho en noticia y lo que aquí es noticia, en otra ciudad o región de nuestro país pudiera no serlo.

Es en este contexto que en nuestros tribunales la prensa regional busca hacer valer el principio de publicidad del sistema penal, lo que les permite estar presentes en las audiencias que consideran de interés social, escuchar los argumentos de las partes, para luego comunicar lo ocurrido, con imparcialidad y observando las limitaciones que el mismo tribunal habrá impuesto y que, por lo general, se relacionan con la prohibición de individualizar a quien es imputado/a, víctima, reserva estricta de información en el caso de niños y adolescentes menores de 18 años y respeto por la presunción de inocencia que asiste a quien es investigado por un delito.

Para quien es sujeto del escrutinio periodístico, las publicaciones o cobertura mediática pueden ser a lo menos una experiencia incómoda. Sobre todo, si se trata de causas penales, donde lo que está en juego es, en muchos casos, la libertad de las personas y su honra.

Sin embargo, es necesario comprender que, frente a un hecho delictivo que afecta la paz social, todas las personas tienen derecho a conocer de qué manera se ejerce la justicia en nuestro país, cuándo una persona es absuelta, cuándo es condenada y cuál es su sanción. 

Con responsabilidad, objetividad y ética, el periodismo no sólo posibilita el acceso a la información de aquello que ocurre en nuestro sistema de justicia penal, sino que cumple un rol crucial al ejercer una labor de control social, vigilancia y escrutinio público sobre el sistema. Esto ayuda a que como sociedad podamos identificar posibles falencias, irregularidades, abusos o fallas en su funcionamiento, así como también nos permite valorar aquello que funciona con eficiencia. 

De la misma manera, una prensa objetiva, analítica y responsable puede ayudar a visibilizar y salvaguardar los derechos y garantías de las personas involucradas en procesos penales, ya sean víctimas o imputados/as. 

En resumen, un periodismo objetivo y comprometido con la verdad es una herramienta fundamental para reforzar la integridad, transparencia y legitimidad del sistema de justicia penal, beneficiando tanto a los actores judiciales como a la sociedad en su conjunto.