En una emotiva ceremonia de titulación, la Universidad de Magallanes (UMAG) marcó el cierre de un importante capítulo en la historia educativa de la región de Aysén, al entregar su última generación de profesionales formados en Coyhaique.
Este hito simboliza un relevo en la educación superior pública en el extremo austral del país, al pasar la posta a la Universidad de Aysén (UAysén), creada para fortalecer el acceso a una formación de calidad desde los territorios más remotos.
La UMAG ha cumplido un rol pionero en la formación de capital humano en Aysén. Formaron a las primeras enfermeras y educadoras de párvulos de la región. No por nada, el rector José Maripani remarcó "los rostros emocionados de las familias, que nos recuerda la importancia de ofrecer educación superior pública en estas zonas extremas. Ahora, con la Universidad de Aysén consolidándose, confiamos en que el desarrollo de Aysén continuará creciendo en nuevas manos", expresó.
El impacto de la UMAG en Aysén no se limita a las aulas. A lo largo de los años, ha desarrollado proyectos de investigación y formación en áreas estratégicas para la región, como la administración, las pedagogías y las ciencias de la salud. Este legado no solo será continuado, sino también fortalecido por la UAysén, gracias a un robusto programa de colaboración que ambas universidades han impulsado con el apoyo del Gobierno Regional de Aysén.
Esta transición reviste de un carácter estratégico. Lo que se ha construido junto a la Universidad de Magallanes y la Universidad de Aysén no es solo una relación institucional, sino una contribución al desarrollo macrozonal de Aysén y Magallanes como territorios especiales. Esta alianza busca convertirnos en un polo de desarrollo desde el sur hacia el resto del país, con políticas que potencien la formación académica, el intercambio de saberes y la investigación aplicada.
Con esta sólida colaboración entre ambas universidades y el respaldo del Gobierno Regional, Aysén avanza en su camino hacia un sistema educativo robusto y conectado con las demandas de su territorio, un legado que trasciende generaciones y consolida a la educación superior como un pilar del desarrollo en el extremo sur de Chile.
Entre las iniciativas más destacadas se encuentra el Programa de Movilidad Aysén-Magallanes, financiado por el Gobierno Regional, que fomenta el intercambio de estudiantes, académicos y personal administrativo entre ambas universidades. Este proyecto no solo permite compartir experiencias y conocimientos, sino que también refuerza la identidad macrozonal y las capacidades conjuntas para enfrentar desafíos comunes en educación, salud y desarrollo territorial.
El aporte de la Universidad de Magallanes, marcó un antes y un después en nuestra región. Ahora, nuestra misión es consolidar la Universidad de Aysén como un motor de desarrollo, trabajando de la mano con el Gobierno Regional y otras instituciones para avanzar en proyectos como el Centro de Asistencia Técnica, que ya está apoyando a nuestros municipios. El desarrollo de estas zonas extremas no solo depende de recursos, sino también de la capacidad de formar a personas comprometidas con el territorio.
La ceremonia no solo marcó el cierre de un ciclo para la UMAG, sino también un emotivo reconocimiento al esfuerzo de los estudiantes y sus familias, quienes representan el espíritu resiliente de Aysén. En sus palabras finales, el rector Maripani recordó que esta región, con su vasta red de fiordos y canales, su biodiversidad única y su rica herencia cultural, tiene el potencial de convertirse en un modelo de desarrollo para el resto del país.
Con esta sólida colaboración entre ambas universidades y el respaldo del Gobierno Regional, Aysén avanza en su camino hacia un sistema educativo robusto y conectado con las demandas de su territorio, un legado que trasciende generaciones y consolida a la educación superior como un pilar del desarrollo en el extremo sur de Chile.