Una sombra de dudas sobre el real impacto en el empleo que genera la salmonicultura genera en la región de Aysén desplegó recientemente el nuevo gobernador regional, Marcelo Santana Vargas.
En entrevista con diario El Divisadero, afirmó que requirió a los representantes de la industria que "no vean a la región de Aysén sólo como parte de su proceso productivo, donde se engorda prácticamente todo el salmón de Chile, pero que no ha generado impactos sociales significativos en las comunidades aledañas ni tampoco un gran impacto en la economía regional. No es un sector que impacte tanto en el empleo. Revisando los datos del INE, la salmonicultura es el quinto o sexto rubro productivo en impacto laboral en la región. Sí influye en el PIB, pero no tanto en el empleo".
Sus palabras colisionan con un sector que se ha presentado históricamente como el "pilar esencial para las regiones del sur del país, ya que, generan empleos directos e indirectos a través de diversas actividades relacionadas con el salmón", según declara el Consejo del Salmón. Sin embargo, los avances en la automatización y las nuevas tecnologías, bajo la promesa de aumentar la eficiencia y reducir costos, están poniendo en riesgo los empleos de los y las trabajadores/as de la industria.
Ejemplo de ello es la nueva tecnología de fileteado MS 2750, desarrollada por la empresa islandesa Marel. Este equipamiento promete procesar hasta 25 peces por minuto en un flujo constante sin intervención del operador. Recientemente la noruega Sotra Fiskeindustri firmó un contrato para incorporar esta tecnología, con el fin de "reducir la dependencia de la mano de obra".
La nueva maquinaria ya se presentó en Puerto Montt en marzo de este año, durante el desarrollo de Aquasur 2024, espacio autodefinido como "la feria de acuicultura más grande del mundo".
En este sentido, un informe publicado por Terram en 2023 concluyó que la industria salmonera generó menos de 17 mil empleos directos en promedio entre 2005 y 2021, debajo de los datos que habitualmente reporta este sector, donde han afirmado generar casi 28 mil empleos directos anuales al año 2020.
Mientras que "los trabajadores dependientes informados por la industria alcanzan anualmente los 27.958 empleos, los trabajadores ponderados por meses trabajados representan en promedio sólo un 61% de este total, lo que equivale, en promedio, a 16.999 empleos en el periodo 2005-2021" se señala en el estudio según datos comparativos del Servicio de Impuestos Internos.
Además, el informe estableció que el aumento laboral no fue proporcional al aumento de la extracción, ya que en el periodo 2010-2020, las cosechas crecieron un 131%, mientras el empleo ponderado sólo se elevó un 62% en el mismo periodo.
"En términos proporcionales, una mayor producción de salmones no se ha traducido en una mayor cantidad de puestos de trabajo" puntualiza el informe de Terram.
Esta perspectiva es compartida por el presidente de Fundación Aysenda, Patricio Segura Ortiz, quien expresó que "lo que confirman estas cifras es que la preocupación de la industria salmonera no es ni ha sido dar empleo en la región, aunque así lo publiciten. Su interés último es maximizar sus ganancias, aunque sea a costa del medio ambiente e incluso de los trabajadores. Prospectivamente es bueno preguntarse qué cambios generarán las nuevas tecnologías para el futuro de la industria salmonera en términos de empleo. Qué pasará con los trabajadores que hoy dependen de ella». Planteó que "de no hacernos cargo como región hoy de sus impactos, en el futuro nos quedaremos con la contaminación y el desempleo, como lo han hecho otras industrias extractivas que cuando se agotan los recursos, emigran dejando los pasivos ambientales y sociales".
Respecto a los avances en la automatización y las nuevas tecnologías, Patricio Segura señala que esta situación no está alejada de la realidad de Aysén, ya que "el proyecto de Modernización y Modificación del Centro de Faenamiento de Bahía Chacabuco» de la planta de procesos de Mowi en la comuna de Aysén, aprobado en 2022 mediante declaración de impacto ambiental, más que triplicó la capacidad de procesos de la planta (de 8 ton/h a 27 ton/h), y por ende sus utilidades, principalmente vía aumento de infraestructura y automatización. Tal crecimiento no se dio a la par con la generación de nuevos empleos".
Finalmente señala que Fundación Aysenda forma parte de la campaña ¡Salvemos la Patagonia! que impulsa la Alianza por la Defensa de las Áreas Protegidas, compuesta por más de 50 organizaciones regionales, nacionales y del extranjero, cuyo propósito es retirar las concesiones de salmonicultura de parques nacionales y reservas nacionales del sur austral de Chile, por la relevancia de estos maritorios para la biodiversidad.