Noviembre siempre será un mes especial para los funcionarios penitenciarios, después de todo en estas fechas celebramos nuestro Aniversario Institucional y con ello recordamos lo que han sido estos 94 años de historia, años con aciertos y desaciertos que nos han permitido ir creciendo y modernizando nuestros procesos, para así asegurar el cumplimiento de los Objetivos Institucionales.
Nuestra historia se vive en cada parte del territorio nacional en la que existen unidades penales y especiales, en el caso de esta región lo he podido palpar al alero de distintas actividades de las que he podido participar en estos meses de gestión, por ejemplo cuando inauguramos la Biblioteca del Centro de Detención Preventiva (CDP) de Chile Chico, en esa ceremonia hubo una reseña que dejaba en evidencia que la ciudad del sol fue la última capital provincial en contar con un recinto penal, fue recién el año 1994, tras la erupción del Volcán Hudson, que inutilizó el anexo cárcel existente en la Comisaría de Carabineros.
En el caso de Puerto Aysén la historia tiene matices, también es una unidad penal relativamente nueva, data del año 1995, la gran diferencia es que no es el primero recinto penitenciario porteño, ya que el anterior fue completamente destruido el 30 de junio del año 1993 lo que obligó a trasladar al personal y la población penal hasta la cárcel de Coyhaique.
El CDP de Cochrane es la unidad más austral de la región de Aysén, su construcción data del año 1974, fue entregada para el funcionamiento el día 09 de diciembre, su primer alcaide fue el sargento 2º de Prisiones Guillermo Villanueva B., con una dotación de 2 funcionarios y una población penal de 2 internos procesados.
La historia del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Coyhaique seguro resulta más conocida, entró en funcionamiento en 1965, antes de su puesta en marcha funcionaba en dependencias del anexo cárcel de la Comisaría de Carabineros, repartidos en cuatro celdas, más una dependencia de mujeres, existiendo a fines del año 1964 un total de 28 reos hombres y una mujer procesada, tal y como informa el Alcaide de ese entonces Víctor Hidalgo Bravo (quien llegó a la Unidad con fecha 13 de marzo de 1963 desde la Penitenciaria de Santiago), en ese entonces se contaba con una dotación de once funcionarios.
A pesar del tiempo transcurrido las unidades penales de esta región parecieran ser nuevas, si uno piensa en el Alma Mater de los funcionarios penitenciarios, la EX Penitenciaría que funciona desde el año 1847, aún antes que existiéramos como servicio y es que los funcionarios penitenciarios siempre existimos, aunque no siempre fuimos Gendarmes.
Historia hay mucha para resumirla en una columna, pero en el marco de un mes de celebraciones creo importante mirar hacia atrás para reflexionar respecto de los desafíos futuros. Durante noviembre la mayoría de las unidades penales y especiales realizará sus ceremonias de ascensos y condecoraciones, después de todo noviembre siempre ha sido un mes para reconocernos.
Por eso la invitación es a reflexionar, nuestra realidad institucional a cambiado vertiginosamente durante los últimos años, el sistema penitenciario chileno opera en la actualidad con índices históricos de cantidad de población penal, con una realidad regional operando prácticamente a plena capacidad, lo que nos obliga, en una fecha tan relevante como un nuevo aniversario, a preguntarnos hacia donde debemos orientar nuestra gestión penitenciaria para dar cumplimiento a la misión que el Estado nos ha encomendado.