Columnista, Colaborador
Con mucho optimismo anunciamos en agosto la aprobación del Plan de Desarrollo de Zonas Extremas (PDZE), una inversión histórica equivalente a 1.700 millones de pesos, que reúne 169 iniciativas destinadas a impulsar el desarrollo de Aysén durante la próxima década.
Este logro es el resultado de meses de diálogo, trabajo técnico y articulación entre los distintos sectores públicos y el Consejo Regional. Gracias a ese esfuerzo conjunto fue posible definir el enfoque estratégico del plan, priorizar las brechas más urgentes y acordar la cartera de proyectos que marcará el rumbo de la región.
Su aprobación requirió un compromiso explícito de todas las instituciones involucradas, tanto en recursos técnicos como humanos y financieros. La Seremi de Salud para la construcción del nuevo Hospital Regional, la Seremi de Justicia y Derechos Humanos para la construcción del Centro Penitenciario de Coyhaique, la Seremi de Obras Públicas para la pavimentación de la Carretera Austral y así en las diversas iniciativas que contempla este plan.
El PDZE constituye una hoja de ruta para los próximos diez años. Si bien el Gobierno Regional de Aysén tiene la responsabilidad de diseñarlo y coordinarlo, son los distintos sectores públicos quienes deben ejecutar cada una de sus iniciativas. De esto se trata nuestro próximo desafío, realizar el seguimiento adecuado para que los servicios públicos cumplan con lo comprometido.
Un desafío de esta envergadura exige disciplina institucional, capacidad técnica y compromiso con la eficiencia. Requiere una mirada a largo plazo, compromiso, y generosidad con quienes habitan la región de Aysén. Cada kilómetro pavimentado, cada estadio, cada red de alcantarillado debe traducirse en un cambio real en la vida de las personas y no puede ni debe esperar.


















